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Ariel Coremberg, economista del CEP: “El salario y el ahorro ya se encuentran saqueados por la inflación”

Coremberg

El nuevo equipo económico se muestra convencido de la importancia de lograr la desaceleración de la inflación, la cual en la tasa mensual lo está logrando, pero aún la inercia determina la suba de nuevos escalones en la comparación interanual; mientras busca recomponer las reservas del Banco Central y no afectar el nivel de actividad agregada.

Para analizar este complejo escenario, Infobae entrevistó a Ariel Coremberg, director del Centro de Estudios de la Productividad (CEP), y profesor en UBA, UdeSA y Ucema.

— El Presidente les preguntó a los empresarios reunidos en el 58 Coloquio de IDEA: “¿Alguien del gobierno los persiguió?” ¿Usted qué le diría cuando ve la imposición de nuevos impuestos: a la compra de dólares, a las crecientes restricciones a las importaciones; a la transferencia de la responsabilidad de la alta inflación?

— La pregunta del Presidente requiere una respuesta política y económica. Este cuarto kirchnerismo es la continuación de los primeros tres presidencias: Néstor KirchnerCristina I y Cristina II. En los cuatro se recurrió a chivos expiatorios de la impotencia de la política económica de producir resultados positivos para la gente cuando se terminaron los vientos de cola del auge de los precios de las materias primas. Entre ellos los empresarios. El empresariado abarca desde las grandes empresas hasta las pyme, ambos generadores de empleo genuino y productivo y los jóvenes emprendedores que actualmente emigran. Este cuarto kirchnerismo, el Presidente no puede ser prescindente del daño causado por su palabras e iniciativas en contra del sector productivo: Vicentin, apoyar a Juan Grabois en el cultivo de rabanitos tomando el campo de la familia Etchevehere, y sobre todo durante la cuarentena más larga del mundo, avalando el proyecto de la diputada Fernanda Vallejos de expropiación parcial de las pyme que recibieran ATP (Programa de Asistencia al Trabajo), profundizando la destrucción de empleo y el tejido productivo ya producido por la cuarentena económica.

Todos estos ejemplos tienen efectos negativos en un gobierno perdió total credibilidad. Y por lo tanto el ajuste fondomonerista que propone seguir adelante será aún más profundo si quiere tener algún efecto positivo. La profundización de las políticas parciales del ministro Sergio Massa no alcanzan a compensar el cemento de los cepos, ya no cambiarios o a importaciones sino directamente al posible crecimiento económico de mediano plazo y a la generación de empleo genuino.

— El ministro Sergio Massa destacó que en septiembre se registró la segunda disminución del ritmo de la inflación mensual ¿Es un logro para destacar, pese a que aumentó la tasa interanual?

— Según el Relevamiento de Expectativas de Mercado, el año terminaría rozando los tres dígitos de inflación. En mi opinión no hay fundamentals para las expectativas del ministro. Las perspectivas son a la aceleración del ritmo de aumento de los precios. El déficit de empresas públicas supera el ahorro previsto por ajuste de tarifas y es creciente ya que no hay auditoría, ni control de gestión independiente. Todos los organismos de auditoría y anticorrupción están controlados por los auditados y muchos corruptos. Por lo tanto, el despilfarro, la ineficiencia y la corrupción seguirán provocando un desequilibrio fiscal creciente que tendrá que ser financiado con emisión monetaria. Como el argentino promedio aceleró su repudio al peso argentino, por cada punto de déficit fiscal a PBI será necesario aumentar la emisión, los pasivos monetarios del BCRA y la deuda pública del Tesoro a tasa creciente.

— ¿Hoy la inflación en la Argentina es un fenómeno monetario, o hay un factor transitorio qué pasó al primer lugar?

— La inflación, así como la deuda pública en Argentina, es en todo momento un fenómeno de desequilibrio fiscal. El desequilibrio fiscal es la transmisión estatal del deseo social de gastar sin trabajar y ahorrar, como decía Juan Bautista Alberdi, porque creemos que la riqueza argentina está dada y no hace falta producirla. Con la soja nos salvamos; con Vaca Muerta nos salvamos…Paradojalmente el modelo populista profundiza el modelo agroexportador, extractivista y en sectores exitosos en su poder de lobby que logran trato preferencial.

El manual de finanzas publicas aconseja: financiar gasto público corriente con impuestos e infraestructura con deuda pública de largo plazo. Como la presión tributaria es máxima, el Estado se termina financiando con impuesto inflacionario mediante la emisión de pesos repudiados por los argentinos y la colocación prácticamente forzosa de deuda pública interna al sistema previsional, los bancos y el sector seguros.

— Kristalina Georgieva dijo: “El pueblo argentino espera que su gobierno se tome en serio la necesidad de reducir la inflación” ¿Cómo interpretó esa frase?

— Los salarios en el segundo trimestre de este año crecieron interanualmente 60%, mientras que la inflación de alimentos lo hizo al 89% según la cuenta de Generación del Ingreso de las Cuentas Nacionales del Indec, que es la más exhaustiva y consistente respecto de los ingresos laborales y puestos de trabajo incluyendo el ajuste por empleo e ingresos en negro. Como se dice vulgarmente los salarios suben por la escalera, los precios por el ascensor. Dado que la inflación se está espiralizando hacia tres dígitos anuales, la demanda por estabilizar la economía resulta imperativa y creciente. Los que se deben tomar en serio el problema de la inflación es tanto el presente como el futuro gobierno.

Mi diagnóstico, como el de toda la profesión y la historia económica de los últimos 2000 años señala que la inflación es un impuesto cobrado a los que cobran y tienen pesos originado en el financiamiento monetario del déficit fiscal. Como el Gobierno no tiene crédito ni puede cobrar más impuestos, pues la actividad productiva ha sido exprimida de su rentabilidad como una pasa de uva, lo único que le queda es emitir. Para evitar que esa emisión impacte tanto en los precios del presente, coloca Leliq a 7 días y pases diarios del BCRA absorbiendo todo el crédito disponible dejando sin financiamiento a las pyme y a los hogares.

Los aumentos de precios en el almacén son solo la consecuencia y manifestación del rechazo de los argentinos al exceso de pesos provocado por el financiamiento del déficit fiscal. Sobran los pesos que los argentinos no quieren, no es un problema de escasez de dólares por restricción externa. La elite dirigente y corporativa: política, sindical y empresaria debería tomar nota de esta demanda y todos los partidos políticos que aspiran a asumir el poder en 2023 que la herencia que se recibe es muchísimo peor que cualquiera de las crisis económicas desde 1975 a la fecha. Cualquier fogonazo inflacionario provocado por un error de política económica, una aceleración de la caída de la demanda de dinero por profundización de la desconfianza o la falta de resolución de la emisión monetaria contenida en las Leliq y pases del Banco Central puede producir directamente niveles de inflación cercanas a una hiperinflación, tanto en la actual presidencia como en la próxima.

— La aceleración de la inflación y el atraso del tipo de cambio comercial comenzó a afectar al consumo y al ritmo de actividad ¿Cómo imagina ese proceso: se acentuará o con la desaceleración de la suba del IPC que destaca Massa también empezará a revertirse?

— Ya nadie analiza ni recuerda el nivel de actividad, solo la inflación como nos sucedía como alumnos de la carrera de economía a fines de los 80´s y lamentablemente lo acabo de comprobar con mis cursos en la Universidad. La recuperación se está dando vía generación de empleo de bajos salarios. La cuenta de Generación del Ingreso de Indec demostró que, si bien en el segundo trimestre el empleo aumento el 7%, la principal contribución se origina en el importante dinamismo en la franja asalariada en negro, es decir sin aportes ni contribuciones a la seguridad social. Ergo, las jubilaciones continúan pagándose con emisión monetaria, sin financiamiento genuino proveniente de los aportes del empleo formal cada vez más reducido.

Por lo tanto, valga una paradoja, pero solo aparente. Como en los 80´s, mientras la inflación se aceleraba de dos dígitos anuales a más de 3, el desempleo podría ser bajo, pero los salarios eran pulverizados por la inflación. Mientras sigan abiertas las canillas del despilfarro, la ineficiencia, la corrupción y déficit de empresas públicas financiado con emisión monetaria y deuda pública forzosa, la inflación no se va a desacelerar.

— ¿La acumulación de Pasivos Monetarios por parte del BCRA debe leerse como inflación reprimida?

— Sin duda, 100%. El repudio del argentino a su moneda (caída en la demanda de dinero, aumento de la velocidad de circulación) provoca que por cada punto de déficit fiscal se necesite financiar sea necesario aumentar la emisión más aun que para el mismo déficit fiscal con inflación de un digito anual. Peligrosísimo sendero en el cual hemos entrado. No es verdad que el Gobierno y el Banco Central no estén preocupado por las consecuencias inflacionarias de la emisión. Estipular las causas de la inflación en el aumento del precio del almacén o en la reaccionaria teoría de la puja distributiva es solo debate para la tribuna de los economistas nacionales y populares.

El Banco Central de los 4 kircherismos esterilizó los aumentos de base monetaria, aumentando aceleradamente los Pasivos Monetarios. Traduzco, se realiza un corralito conteniendo parte de los pesos emitidos para que la emisión futura que significaría pagar en efectivo las Leliq por corrida bancaria contra los depósitos en pesos para atesorar dólares le toque al próximo gobierno. Una irresponsabilidad institucional absoluta de la actual gestión que provocara una crisis social sobre la poca clase media que queda y sobre el costo de alimentarse del más del 60% de la población infantil que debería ser auditado y por lo menos juzgado políticamente.

— ¿Qué sendero cabe esperar de la deuda del BCRA con las Leliq y Pases?

 Creciente. Recordemos: Massa ni bien asumió ya emitió Bonos indexados y en dólar linked por USD 16.000 millones en solo una semana, evitando un estallido inflacionario ya que los inversores institucionales (bancos y otros) estaban repudiando la deuda pública en pesos heredada de Martín Guzmán. Este sendero creciente de deuda pública del Tesoro es replicable para las Leliq y Pases ya que las fuentes de emisión monetaria no se han cerrado: el déficit de empresas públicas es creciente superando ya sobradamente el ajuste pendiente de tarifas. Dado que Argentina no tiene crédito y los organismos anticorrupción están controlados por los auditados y muchos corruptos, la continua corrupción, despilfarro e ineficiencia, así como el gasto público necesario (salud, educación y jubilaciones) se pagan con emisión monetaria. Y para moderar el efecto inflacionario de la emisión monetaria, se coloca más deuda y Leliq a los bancos generando aún más racionamiento del crédito.

— Una de las habituales recomendaciones del FMI es la simplificación de régimen cambiario, sin embargo, pese a la ratificación del acuerdo que el Gobierno firmó con el organismo en marzo, se avanza con la política de tipos de cambio diferenciados ¿Qué piensa?

— Que la multiplicación de los tipos de cambio multicolores y con nombre y apellido es por un lado el resultado de la impotencia y el medio del gobierno ante de la devaluación efectiva del peso argentino, así como también el deseo de controlar a discreción a quien se le otorga beneficios. Una unificación cambiaria previa determinación de una liberalización del dólar financiero no es una solución sino se implementa mediante un plan de estabilización creíble provocando un salto del tipo de cambio con pass trough a precios completo en pocos días, temor que implícitamente demuestra en los hechos el gobierno donde el nuevo gobierno demuestre que se logra ordenar las cuentas públicas y se implementen reformas pendientes hace 70 años en nuestro coporativismo argentino. Los costos políticos de no realizar las reformas superan los costos políticos a corto plazo de implementarlas. La demora en el sinceramiento de precios relativos y la postergación de las reformas a la corta o a la larga se lleva puestos a los gobiernos que tienen temor de implementarlas por su supuesto costo político.

— ¿El anticipo de liquidación de exportaciones y consecuentemente el cobro de impuestos al comercio exterior, en cuánto condiciones el cumplimiento de las metas fiscales y las pautas del Presupuesto 2023?

— Condiciona 100% los resultados a corto plazo de los parches implementados. El dólar soja transitorio ya terminó. Se logró adelantar liquidación de cosecha que se iba a producir en pocos meses. Ahora el puente es la cosecha de trigo, que por la sequía se prevé que va a ser menor de lo esperado. Solo contamos con los desvíos de los préstamos de infraestructura del BID o de la CAF para incrementar reservas (llama la atención que no se cuestione su desvío para otros usos) y el rolleo de la deuda con el FMI. La supuesta intención de Sergio Massa de conseguir préstamos en países desarrollados se choca con la realidad de que nadie le presta a Argentina para gasto corriente o reponer reservas. China, Rusia y países árabes también exigen pleno acuerdo y cumplimiento con el FMI. El verano que tendremos en términos cambiarios es probable que sea picante a menos que el turismo de no residentes sobre todo el limítrofe supere al turismo emisor.

— En una economía donde la pobreza se estima en más del 40% de la población para este segundo semestre, el salario medio de los trabajadores registrados se ubica en torno de $160.000 ¿Qué importancia le asigna a que el ministro de Economía haya anunciado la suba del mínimo no imponible de Ganancias de los asalariados en $330.000 desde noviembre?

— Si el salario medio de los trabajadores es de $160.000 y la canasta básica para no ser pobre por parte de una familia tipo es de $130.000, el riesgo de espiralizar aún más la pobreza y la indigencia por un posible fogonazo inflacionario es mayúsculo. El anuncio discrecional por parte del Gobierno de aumento de la base imponible del Impuesto a las Ganancias en un contexto de inflación de 3 dígitos al año es sin duda correspondiente con lo que en la literatura se denomina bracket creep o la trama macabra de las escalas impositivas. Estas deberían aumentarse por indexación al IPC automáticamente, sobre todo con una inflación anual del 100%. Pero obviamente los políticos quieren aumentar los mínimos no imponibles como si el argentino confundiera variaciones nominales con reales. Elo ya no es válido en el presente, la gente está perdiendo la ilusión monetaria y sobre todo el ministro debería asumir que el beneficio político de anunciar subas nominales de mínimos no imponibles ya la clase media y los trabajadores no la compran y no tiene absolutamente ningún beneficio político.

— ¿Una reflexión final?

— El problema económico argentino no se soluciona solamente con buena política económica recomendada en los libros de texto o en la experiencia internacional. En Argentina No hay política monetaria, metas de inflación, regla fiscal ni fondo anticíclico que resista la anomia de no cumplir la ley por el soberano y la depredación de recursos públicos. La independencia del Banco Central del poder político no se recupera con una simple ley. Los bancos no darán crédito a las pymes a tasas razonables si siguen dominados por las necesidades del fisco mediante la colocación cuasi forzosa de deuda pública.

Los salarios y todo el ahorro de los argentinos son saqueados en sus stocks y con inflación en términos de flujos. Más del 60% de la liquidez bancaria está en títulos con cotización y Leliqs y Pases: 66,8% de los fondos comunes de inversión locales donde colocan sus fondos empresas (y también hogares) para preservar su facturación para pagar sueldos están colocados en títulos públicos defaulteables; 61,6% de las inversiones en títulos y deuda del mercado asegurador están colocados en títulos públicos defaulteables; y 82,9% de los ahorros obligatorios para jubilarse del Fondo de Garantía Sustentable del Anses está en títulos públicos defaulteados o defaulteables. Y los flujos de ahorro y salarios que no logran indexarse se licuan con la inflación a tres dígitos.

El salario y el ahorro de los argentinos ya se encuentra saqueado por la inflación y a punto de confiscación por parte del Estado. Recuperar el equilibrio fiscal con gran esfuerzo de baja del gasto público improductivo como debería hacerse o suba de impuestos como recomienda el FMI no es sostenible en Argentina ya que se revierte fácilmente de un gobierno a otro.

El costo de no implementar las reformas supera los costos políticos de no implementarlas. Hay una demanda social creciente por estabilizar, pero también porque sea sostenible para las futuras generaciones. Dado que Argentina no crece desde 2011, la demanda social sobre el sistema político y económico supera lo que en el presente puede generar. Por ello el próximo gobierno no tiene 100 días para implementar las reformas estructurales y el plan de estabilización sino solo un mes para recuperar la confianza y contar con el ahorro que quede de los argentinos para financiar la inversión y el crecimiento.

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