Conectar Igualdad. Qué impacto tuvo en la educación el megaproyecto del kirchnerismo cuyo presupuesto ahora está en suspenso
Conectar Igualdad, fue, tal vez, el proyecto educativo más ambicioso del kirchnerismo. La propuesta era entregar una netbook a cada alumno y cada docente de las escuelas secundarias, técnicas, especiales y de formación docente de gestión estatal. Entre 2010 y 2015 repartieron 5.528.953 de dispositivos. De ese megaproyecto, hoy la novedad pasa por la quita de $50.000 millones al presupuesto del programa, lo que pone en suspenso la entrega de 1.000.000 de netbooks. Por otro lado, al hacer un balance del impacto de Conectar igualdad en la alfabetización digital de los alumnos y docentes, los especialistas rescatan que, por primera vez, millones de chicos pudieron tener una computadora. Sin embargo, advierten que el programa tuvo profundos problemas logísticos, un escaso respaldo pedagógico y, además, pocas escuelas contaban con conexión a internet. Como ejemplo a seguir, todos citaron a su equivalente uruguayo, el plan Ceibal: empezó en 2007 y continúa hasta la actualidad como una política de Estado que cuenta con un presupuesto autónomo y autoridades propias.
Desde el Gobierno no se refieren a la quita de fondos como un recorte o un ajuste, sino como una “readecuación de partidas”. Según explicó la portavoz del Gobierno, Gabriela Cerruti, se analizó qué partidas se iban a usar y cuáles no en lo que resta del año, para poder hacer un ordenamiento fiscal y lograr una “maximización del uso de los recursos”. Según explicaron desde la cartera de Educación, esas computadoras no se iban a poder comprar este año por las restricciones a las importaciones. Es decir que los alumnos este año no contarán con las netbooks por la falta de dólares. Tal como contó LA NACION, a los gremios docentes les prometieron en el despacho de Massa que las computadoras previstas para 2022 se entregarán el año que viene.
“En Uruguay, la distribución de dispositivos siempre estuvo acompañada de conectividad a internet, de una plataforma con un aula virtual para cada docente uruguayo, de avances pedagógicos como una plataforma adaptativa, pensamiento computacional y enseñanza del inglés a distancia. Mientras que en la Argentina sobre todo se trató de distribución de dispositivos”, describió a este medio Mariano Narodowski, académico, docente de la Universidad Torcuato Di Tella, investigador y ministro de Educación porteño entre 2007 y 2009.
“Sin la tecnología no se puede, pero con la tecnología sola no alcanza”, dice Jaime Correas, quien además de ser profesor de enseñanza media y superior de lengua y literatura, fue el director general de escuelas de Mendoza entre 2015 y 2019.
“Sea cual fuere la evaluación que podamos hacer, sin lugar a dudas estamos mejor que el día anterior a que comience Conectar Igualdad, pero es cierto que la propuesta pedagógica del programa fue muy sencilla”, señala Alejandro Artopoulos, director del Ccentro de Innovación Tecnológica de la Universidad de San Andrés (UdeSA).
“Esa es una crítica falaz, las netbooks que se entregaron entre 2010 y 2015 venían provistas de recursos educativos, libros digitales y programas para docentes, estudiantes y la familia. Asimismo, se llevaron adelante numerosas instancias de capacitación presencial y virtual a directivos, docentes y estudiantes de formación docente en todo el país y comenzó el proceso de llevarle conectividad a los establecimientos educativos de todo el país”, respondió Nicolas Trotta, ministro de Educación de la Nación entre diciembre de 2019 y septiembre del año pasado, cuya gestión estuvo atravesada por el cierre de las escuelas impuesto por el Gobierno frente a la pandemia de Covid, y que generó la deserción de casi un millón de estudiantes, de los cuales no regresaron hasta ahora a las aulas unos 500.000, según cifras oficiales.
Los vaivenes de Conectar Igualdad
En 2010 Fernández de Kirchner lanzó el programa y para el fin de su gestión, en 2015, habían entregado 5.528.953 netbooks. Lo llamativo es que en el decreto fundacional del programa se estableció como principal órgano de gestión y administración a la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) y no al Ministerio de Educación. Según explicó a este medio Silvina Gvirtz, directora general de Conectar Igualdad entre 2012 y 2015, y actual secretaria de Educación de la Nación, se utilizó a la Anses porque las netbooks se asignaban a cada alumno a partir del número de CUIL. Cabe aclarar que los alumnos del último año del secundario podían quedarse con la computadora en caso de aprobar todas las materias en marzo como última instancia, de lo contrario debían devolverla a la escuela.
En 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, cambió el enfoque y ya no entregaron computadoras “1 a 1″, es decir, a cada alumno y docente, sino que empezaron a distribuir equipos para que los estudiantes los usen en las escuelas. Ese programa, según argumentó Alejandro Finocchiaro, ministro de Educación de la Nación entre 2017 y 2019, tuvo como núcleos centrales el desarrollo de contenidos, el equipamiento tecnológico, la conectividad y la formación docente, y “fue la primera iniciativa que se propuso implementar un programa integral de educación digital, programación y robótica en todos los niveles de la educación obligatoria”. Lo bautizaron Aprender Conectados.
Sin embargo, ese programa tuvo poco recorrido. Macri perdió las elecciones y con el cambio de gobierno y la llegada de, Trotta al ministerio, se lanzó el programa Juana Manso y se interrumpió Aprender Conectados. En el primer tramo del Juana Manso, según Trotta, se distribuyeron equipos (121.839, en 2020, y 633.000, en 2021) a estudiantes de secundaria, pero el programa también incluía, de forma progresiva, a los chicos de la escuela primaria. “Su objetivo era que un estudiante del sistema educativo estatal reciba dos dispositivos a lo largo de sus 14 años de educación obligatoria”, detalló el exministro.
Por otro lado, agregó Trotta, la pandemia impulsó la creación de la Plataforma Federal Juana Manso que contaba con aulas virtuales de uso libre para todas las escuelas del país, un repositorio federal de recursos educativos y no demandaba del consumo de datos de telefonía celular. Finalmente, Jaime Perczyk, el sucesor de Trotta al frente del Ministerio de Educación desde septiembre pasado, relanzó este año el Conectar Igualdad. Según fuentes del Ministerio de Educación, en esta última edición el programa se amplió y sumó un plan para llevar conectividad a las aulas, entregar computadoras para las escuelas y se articuló el Conectar Igualdad con el Sistema Integral de Información Digital Educativa (Sinide). Además, los alumnos cuentan con plataformas como Educ.ar donde tienen contenido para descargar o trabajar en línea.
Logros, problemas y deudas pendientes
Artopoulos aportó a este medio una mirada global sobre cómo impactó Conectar Igualdad en la alfabetización digital de los alumnos y docentes. “Creo que la propuesta pedagógica no fue suficiente para empezar a transitar el proceso de alfabetización digital. Cuando la computadora pasa a ser una herramienta para aprender y enseñar todo debe modificarse porque cambia radicalmente el modo en el que se trabaja en el aula y fuera de ella. Deberíamos tomar nota de tres problemas críticos de Conectar Igualdad, que aún hoy se mantienen: la brecha digital en los docentes, la autonomía de las baterías de las netbooks y la conectividad pedagógica. Sin saber digital docente, sin conectividad ni baterías, las netbooks se dejaron de usar, al final, por cansancio”, argumentó Artopoulos.
Por su parte, Correas describió a LA NACION una de las fallas centrales del ambicioso programa estatal: la logística. “El gobierno nacional enviaba las computadoras con escasa coordinación. De los 236.981 dispositivos entregados en Mendoza entre 2011 y 2015, el 30,22% había pasado por el servicio técnico por desperfectos de todo tipo. ¿Dónde estaba el servicio técnico para una netbook de Mendoza, Jujuy o Tierra del Fuego? Estaba en la provincia de Buenos Aires. Por eso el 65% de los dispositivos enviados tenían una demora de más de 180 días en regresar y un porcentaje no volvía nunca. Es decir, que ese programa que suele elogiarse por la cantidad de dispositivos distribuidos no funcionaba para una de cada tres máquinas”, lamentó Correas.
Gvirtz opinó que la entrega de computadoras fue una condición necesaria, pero no suficiente para el aprendizaje. Aunque, resaltó que sin que los chicos tengan un equipo la alfabetización digital se hace realmente compleja porque el alumno solo estaría expuesto al uso de la tecnología en las horas de clase donde esté incluida como elemento de trabajo la computadora. “Las netbooks fueron una herramienta didáctica para auxiliar materias del secundario. Eran buenas computadoras y tenían buenos programas cargados para que los chicos pudieran practicar diversas materias en el aula o en el hogar. También se capacitó a los docentes, pero todo lleva tiempo y lamentablemente el programa se discontinuó en la gestión de Macri. La continuidad de Conectar Igualdad entre 2016 y 2019 hubiera permitido un mejor trabajo pedagógico en los tiempos de pandemia. Solo un 20% de los estudiantes, aquellos pertenecientes a los quintiles más altos, tenían acceso a estos dispositivos por la discontinuidad del programa”, señaló la funcionaria que además fue secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas del Municipio de La Matanza.
Hacia la inclusión digital, enseñanzas de Conectar igualdad (Garnica 2015) es el nombre del libro que fue escrito por Bernardo Kliksberg e Irene Novacovsky, y que se basó en una evaluación que realizaron investigadores de la Organización Iberoamericana de Seguridad Social (OISS) y de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref) sobre el impacto del programa. El estudio fue de tipo cuantitativo y se centró en una encuesta domiciliaria de alcance nacional urbano. El trabajo de campo tuvo lugar entre noviembre de 2013 y febrero de 2014 en 1755 hogares que recibían la Asignación Universal por Hijo (AUH). Entre los hogares con AUH donde algún miembro era parte de la población objetivo de Conectar Igualdad, la cobertura alcanzó el 73%. Es decir que en tres de cuatro hogares con adolescentes “elegibles”, al menos uno de sus miembros recibió la computadora. Casi nueve de cada diez, según la encuesta, utilizaban las netbooks para trabajar con todas o algunas materias del colegio.
Según datos del Ente Nacional de Comunicaciones, en el primer trimestre de 2014 el 49,6% de los hogares contaba con acceso a internet fijo. Mientras que los datos del tercer trimestre de 2019, muestran que el porcentaje pasó a 62,8%. En cuanto a las pruebas Aprender, si bien es relativo vincular los resultados de esas pruebas con el Conectar Igualdad, el número de estudiantes de secundarios estatales que tuvieron un resultado por debajo de lo esperado en Lengua disminuyó del 33 al 16% entre 2013 y 2017. Mientras que en 2019, ya sin Conectar Igualdad, ese porcentaje ascendió al 23.5. Sin embargo, no hay evaluaciones puntuales nacionales que permitan medir con precisión el impacto del uso de la computadora en la calidad educativa.
El Plan Ceibal, una política de Estado
“El drama de la distribución de dispositivos digitales en las escuelas argentinas es que se inició casi al mismo tiempo que en Uruguay y la comparación es tremendamente triste. En Uruguay estuvo en cabeza de un presidente -Tabaré Vazquez- y tuvo continuidad en todos los gobiernos del Frente Amplio y ahora con el Partido Blanco”, agregó Narodowski.
Miguel Brechner, quien fue el primer presidente del Plan Ceibal, describió a LA NACION que, en sus inicios, ese programa empezó con el mandato de entregar dispositivos e internet a estudiantes y docentes de educación pública. A diferencia de Conectar Igualdad, primero lo hicieron en el nivel primario y luego en la secundaria, y también pusieron a disposición de los colegios privados las computadoras al costo. Mientras que a los colegios privados gratuitos, que son aquellos que, por ejemplo, dependen de la Iglesia, se les entregó internet y dispositivos al igual que en la educación pública.
Cabe destacar que en sus comienzos el objetivo del Ceibal fue entregar equipos para los alumnos y docentes del primario. En total necesitaban 350.000 computadoras. Recién lograron cubrir ese número en dos años. Mientras que para el Conectar Igualdad el desafío fue mucho mayor. El alumnado del secundario estatal en 2009 representaba un universo de 1.370.000 estudiantes. Y solo en 2010 se entregaron 358.000 netbooks.
“Desde el comienzo hubo contenidos para que docentes pudieran usar en sus aulas. De todos modos, la integralidad de la propuesta pedagógica empezó a consolidarse en 2011 mediante la incorporación de plataformas especializadas, de robótica, de inglés y una biblioteca de textos gratuitos para estudiantes. En 2014 comenzó el trabajo de la red de aprendizaje profundo, que es una propuesta pedagógica que se propone trabajar en base a competencias y proyectos y se intercambian experiencias y nuevas prácticas para mejorar la educación con otros 10 países bajo la dirección de Michael Fullan”, detalló Brechner.
Con el tiempo, sostuvo Brechner, se ampliaron las propuestas pedagógicas y de capacitación en otras áreas como el pensamiento computacional y la ciudadanía digital. “Ceibal se transformó en una política de Estado, con presupuesto autónomo y en su consejo directivo están representadas las autoridades del ministerio de Economía y el ministerio de Educación”, añadió Brechner.