El aislamiento obligatorio despertó una mayor reflexividad en los adolescentes
Los jóvenes tienen cada vez más protagonismo en diferentes esferas sociales. Inclusive, estudios recientes demuestran la necesidad de generar nuevos escenarios en donde puedan expresar sus opiniones y asumir un rol activo. En el ámbito educativo surgieron propuestas que buscan conectar la oferta educativa con los proyectos de vida de los estudiantes, a través de espacios en donde sus intereses y preocupaciones puedan estar más presentes. Ejemplo de ello son los Clubes TED-Ed, un programa educativo extraescolar de secundaria, que proporciona un entorno de aprendizaje para que los adolescentes desarrollen y compartan sus puntos de vista sobre un tema de su elección con la comunidad educativa, en un formato de conferencia TED.
¿Qué ideas eligen explorar y comunicar los adolescentes? ¿Cuáles son sus intereses o preocupaciones sobre estos temas? Para responder estas preguntas, Melina Furman, profesora e investigadora de la Escuela de Educación de UdeSA, junto estudiantes y graduados de la licenciatura y maestría en Educación, condujo un análisis de contenido de 100 charlas brindadas por estudiantes argentinos de 12 a 18 años en la edición 2020 de los Clubes TED-Ed. En un reciente artículo publicado en la revista Learning Environments Research, los investigadores señalan que los temas de actualidad social fueron recurrentes, incluyendo problemáticas de género, educación, medio ambiente y redes sociales. Los jóvenes también reflexionaron sobre las relaciones interpersonales con sus pares y adultos, enfatizando la influencia que muchas veces tienen las perspectivas de los demás sobre ellos mismos. En coincidencia con su rol de activistas del cambio, los adolescentes abordaron la importancia de desarrollar hábitos saludables y compartir pasiones, invitando a la audiencia a la acción. Además, manifestaron la relevancia del autodescubrimiento, como una oportunidad para conectarse con sus intereses y aumentar la confianza propia.
Un porcentaje menor de charlas abordó el tema de la pandemia, aunque no como una preocupación, sino como el contexto que los obligó a hacer una pausa en sus rutinas y reflexionar más profundamente sobre distintos aspectos de sus vidas: cómo invierten su tiempo, qué poder tiene la tecnología o cómo les gustaría que fuera la educación a futuro. “En el 2020, todos los adultos hablábamos mucho de la pandemia, de sus consecuencias y nuestras preocupaciones. Considerando el contexto anómalo, nuestra hipótesis era que también sería un tema predominante en las charlas de los adolescentes”, recupera Furman. Los investigadores observan dos ideas que surgieron con frecuencia entre los jóvenes con relación a la pandemia. Por un lado, el aprecio por las prácticas cotidianas anteriores a la pandemia, especialmente aquellas relacionadas con la educación, y por otro, el deseo de generar una mayor conciencia del presente.
“Cuando dentro de la escuela se habilitan espacios donde los estudiantes pueden encontrar qué tienen para compartir con el mundo, y se los acompaña en el proceso, suelen ser muy nutritivos, porque ayudan al crecimiento personal de los alumnos. Esa es una de las funciones principales de la escuela”, reflexiona Furman.