El arte nos permite imaginar futuros distintos de los que la realidad produce
“Desde hace un tiempo vengo siguiendo el modo en que el arte propone un espacio a la sociedad para elaborar sus conflictos”, comenta Florencia Garramuño, profesora del departamento de Humanidades de la Universidad de San Andrés y autora de La vida impropia. Anonimato y singularidad, editado recientemente por Eduvim. “Es un momento de mucho conflicto, de sociedades que no encuentran un equilibrio, donde los proyectos parecen confusos o de muy corto plazo y ahí el arte está experimentando, imaginando futuros todo el tiempo”.
El nuevo libro de Garramuño reúne películas ficcionales y documentales, novelas, poemas e instalaciones fotográficas latinoamericanas de principios de siglo, cuyas temáticas están arraigadas al contexto contemporáneo. Una de las novelas, Mano de obra, de Diamela Eltit, trata sobre las dificultades que atraviesa un grupo de trabajadores de un supermercado de Chile en pleno neoliberalismo feroz, bajo un modelo de informalidad y alienación laboral. Los trabajadores que ocupan el centro de la narración han perdido toda individualidad, aparecen en la novela como un conjunto impersonal de cuerpos, con sus afectos, miedos y destinos colectivos. Esto mismo sucede en otras obras que la profesora de UdeSA analiza, donde la narrativa se construye a partir de una mirada que registra y documenta hechos, a menudo simplemente narrando lo que ve y el modo en que es afectada por esos acontecimientos. Asimismo, la autora identifica novelas cuyos personajes a veces no tienen nombre o voz propia. Las personalidades individuales, que por mucho tiempo ocuparon el protagonismo de múltiples historias, fueron sustituidas por figuras anónimas.
La falta de protagonistas en dichas prácticas artísticas le permite a Garramuño reflexionar sobre problemáticas vinculadas a la organización de la vida en común. Ejemplos de ello son los desplazamientos e inserción de migrantes en una nueva sociedad, las catástrofes naturales que impulsan a repensar nuestro vínculo con la naturaleza y los animales, como también los complejos procesos de urbanización. Una de las películas trabajadas en el libro, El sonido alrededor, de Kleber Mendonça Filho, muestra la transformación inmobiliaria en la ciudad brasileña Recife, y demuestra cómo la construcción de nuevos edificios altera la configuración y prácticas de un vecindario. “No sabemos cómo vivir juntos y ese es el problema hoy. Si hubo un momento en la historia vinculado a la construcción de la identidad nacional, en donde nos preguntamos quiénes éramos, ahora hay otras preguntas más urgentes, que colocan en el centro del pensamiento a la cuestión de cómo ser en común, cómo convivir”, argumenta la autora del libro.
Las obras que reúne la profesora de UdeSA demuestran que abandonar el protagonismo individual podría funcionar como un camino exitoso para pensar en las conflictividades del mundo actual. “Estas obras tienen un potencial muy fuerte porque visibilizan otra forma de imaginar el mundo, de pensar la relación con los animales y la naturaleza, una forma distinta de proyectar la relación entre los seres. Me parece que ahí está ese potencial, no solo en que elaboran conflictos actuales, sino en que además, al hacerlo, imaginan otro mundo posible, o al menos nos invitan a imaginarlo”, indica Garramuño.