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FuenteEl Cronista

El frágil tejido político argentino: tránsfugas y fisuras en un escenario incierto

elecciones

Tras los resultados del 22 de octubre y el inmediato apoyo de Mauricio Macri y Patricia Bullrich al candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, de cara al balotaje del 19 de noviembre, ha surgido un proceso de reconfiguración de la oposición en Argentina. La ruptura de Juntos por el Cambio (JxC) y las fisuras en LLA han sacudido el panorama político. El candidato de Unión por la Patria (UP), Sergio Massa, ha adoptado una estrategia de "gobierno de unidad", convocando a los heridos de la interna de JxC que no se unieron a Milei, especialmente a los radicales.

En este contexto, han surgido movimientos inquietantes, como el anuncio del apoyo de treinta diputados del PRO al acuerdo Bullrich-Milei o los diputados electos por LLA que abandonarían el espacio debido al pacto con Bullrich. En el Congreso la incertidumbre es total porque si bien la elección definió las bancas, nadie sabe cómo se ordenarán las fuerzas a partir del 20 de noviembre.

Los términos "panqueque" y "tránsfuga" son comunes en la política, pero en un país donde el cambio de partido es frecuente, su impacto en los votantes es difícil de medir. La incógnita que se plantea es por qué en Argentina las personas cambian de partido sin explicación.

Según Juan Negri, director de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella, el transfuguismo es más común en sistemas políticos donde las etiquetas partidarias tienen poco valor. En Argentina, las identidades políticas son fuertes, pero las etiquetas no lo son, lo que facilita el tránsito de diputados entre partidos.

"Vos votás al partido demócrata en Estados Unidos y sabés lo que estás votando. En Argentina -si bien las identidades políticas son bastante fuertes, o eran, peronismo y antiperonismo- las etiquetas no son fuertes. Entonces los partidos se pueden llamar Frente para la VictoriaFrente de todosUP y JxC o Cambiemos. Las etiquetas no son tan valiosas entonces eso baja el costo para el diputado de pasarse porque los votantes tampoco identifican muy claramente bajo qué etiqueta fue elegido tal o cual", destaca Negri ante la consulta de El Cronista.

Negri argumenta que en Argentina se forman grandes frentes en años electorales, donde es necesario incluir diputados de partidos aliados. Estos acuerdos se reconfiguran constantemente entre elecciones, lo que permite a los diputados cambiar de lealtad política con relativa facilidad. "Un ejemplo es cuando el Frente Renovador se abrió del kirchnerismo en 2013. Tenías diputados que fueron elegidos por un frente muy grande y que después se reorganizan entre elección", agrega Negri.

En esta dinámica, los diputados pueden ser elegidos bajo el paraguas de un frente amplio y luego romper y formar su propio bloque. La baja inversión en la formación de bloques en Argentina contribuye a esta tendencia.

Negri enfatiza que la mayoría de los casos de transfuguismo se deben a reacomodamientos de liderazgos al interior de los partidos, principalmente en el peronismo. "Después están los casos más visibles, como el de Borocotó, pero no son tantos. Es probable que en un contexto de mucha fluidez partidaria como el actual eso vaya a aumentar".

El incremento del transfuguismo en Argentina, especialmente en años no electorales y en momentos de crisis, refleja la debilidad de los partidos políticos en el país. Germán Feierherd, doctor en Ciencia Política de Yale y profesor de la Universidad de San Andrés, sostiene que este fenómeno ha crecido. "Aunque se creía que las reglas electorales en Argentina, que favorecen a los partidos, desincentivaban estos comportamientos oportunistas, este fenómeno ha crecido especialmente desde los años 2000", apunta Feierherd

Un estudio de Danilo Degiusti presentado en la Universidad Torcuato Di Tella, citado por Feierherd para esta nota, demuestra que este fenómeno cobra relevancia a medida que se desinstitucionaliza el sistema de partidos y que afecta tanto a la coalición en el poder como a la oposición.

El sistema de partidos se ha fragmentado intensamente en las últimas décadas, los partidos que integran estas coaliciones son débiles y tienen poca capacidad para controlar el comportamiento de sus miembros. En partidos fuertes, los legisladores y candidatos priorizan mantener "la marca" del partido y evitan tomar decisiones que dañen la reputación colectiva del mismo.

"Por ejemplo, tienden a eliminar de la agenda aquellos temas que generan divisiones internas y evitan mostrar grandes desacuerdos en público. Por el contrario, cuando el sistema de partidos se debilita y las facciones territoriales o provinciales ganan relevancia, florecen comportamientos oportunistas. La máxima expresión de esto es el transfuguismo, pero también se observa en el retaceo de apoyos o en el intercambio de estos por favores o transferencias fiscales", destaca Feierherd.

En este contexto, la sociedad argentina, golpeada por la situación socioeconómica y desencantada con la política, se enfrenta al dilema de dar su veredicto en las urnas.

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