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El universo cripto argentino, dispuesto a una regulación racional

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El Programa de Derecho de las Tecnologías Digitales del Centro de Investigación en Tecnología y Sociedad (CETyS), y la Maestría en Derecho de los Negocios del Departamento de Derecho de la Universidad de San Andrés (UdeSA) organizaron la Conferencia Anual de Fintech Law Argentina 2023, que en su octava edición -realizada el 30 de noviembre pasado- reunió dos interesantes paneles de expositores que repasaron la actualidad sobre medios de pago y sobre el universo cripto.

Coordinado por Santiago Mora y Pablo Palazzi, el primer panel de este encuentro académico titulado Fintech, tendencias y desafíos en la vertical de pagos, estuvo conformado por Jimena Báez Breard, de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y Head of Legal de Ualá; Agustina Gallo Toppino, de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y supervisora de Legales Fintech de Mercado Pago; y Catalina Ramallo, de UdeSA y Legal Counsel de Geopagos. Cada una de ellas hizo una breve descripción de sus empresas, para luego focalizar el debate en lo que se viene en materia de los activos virtuales, el marco regulatorio y las perspectivas de un escenario virtuoso para el 2024.

La que abrió el juego sobre cómo fueron evolucionando las normativas en esta vertical de negocios, Báez Breard, de Ualá, quien destacó que “en la Argentina, la cuestión de regular o no regular ya fue superada por el dilema de cómo regular a las fintech”, para empezar a acompañar esta nueva ola de modelos de negocios que permitan abrigar una mayor y mejor escalabilidad.

Frente a un nuevo escenario por la asunción de un nuevo Gobierno, Báez Breard hizo hincapié en la importancia de darle a un futuro marco regulatorio “un enfoque más racional en términos del riesgo”, acompañado también de una aproximación “más colaborativa entre cámaras, organizaciones y jugadores”, para que la norma cuente con el tiempo necesario y los plazos asequibles para su implementación, señaló.

Por su parte, Gallo Toppino, de Mercado Pago, destacó la serie de medidas de autenticación para acceder a una billetera virtual que fueron otorgando mayor seguridad en un contexto que en pandemia tuvo registros de aumentos de fraude, y que hubo que mitigar con regulación. Además, remarcó  “la necesidad de fortalecer la infraestructura de pagos” y promover mayores inversiones que permitan mejoras en las transferencias, que si bien hubo un gran avance e impulsó la digitalización, “hay fallas en el camino que obligan a poner el foco allí”.

Ramallo, de Geopagos, advirtió también que “hay una carga impositiva que es un tema pendiente a resolver” y dijo que se necesita impulsar el desarrollo de distintas formas de pago, no solo el QR, que apuntalen otras tecnologías. Tras un primer escenario donde prevaleció la analogía de Lucas Llach, ex vicepresidente del BCRA sobre “la teoría de los tomates” para ver crecer a las fintech y dejarlas hacer, se viene el tiempo de corregir y darle mayor robustez al sector, coincidieron en el panel.

Cripto, después de la tormenta

En la segunda mitad del encuentro se analizó lo ocurrido en el vertical cripto durante 2023, que según se destaca en un informe de la Alianza Fintech Iberoamérica, el 10,2% de la población mundial posee activos virtuales, siendo América Latina el séptimo mercado, donde se adquirieron, entre julio de 2021 y junio de 2022, U$S 562.000 millones en criptomonedas. Hoy las claves para restablecer la confianza tras la caída y el impacto de Terra Luna, la criptomoneda que en 48 horas perdió el 98% de su valor, es generar un marco general para las regulaciones, achicar el riesgo y favorecer el flujo de información y datos.

Para Juan Pablo Fridenberg, director de Asuntos Públicos de Lemon Cash, hace 5 años o más, los inversores en cripto eran muchos menos y “tenían limitados conocimientos técnicos”. El desafío para la empresa fue “crear una aplicación accesible de bajar al teléfono y con un par de clicks una mamá o una abuela pudiera comprar, vender o transferir. Hacer más sencilla y utilizable una operación para la vida diaria fue el quiebre de nuestro modelo de negocios”. Fridenberg señaló que tras un 2022 difícil para el sector ahora tienen un papel preponderante en este cambio cultural hacia la economía digital.

Alejandro Rothamel, director de Legales en Ripio, apuntó además que el rendimiento es lo que más califica entre los clientes que transmiten sus inquietudes en las redes sociales. Y a partir de la debacle de Terra Luna, hubo un momento que el sector “debió crecer para adentro, solucionar sus problemas, y volver a desarrollar cosas”. Jonathan Bensousan, de Satoshi Tango, coincidió también en la capacidad de resiliencia y creatividad de la comunidad, a la hora de cambiar la óptica y superar la coyuntura: “el desafío por delante es que el ecosistema crezca en términos de acceso y esté más sólido para adecuarse a una futura regulación”.

María Victoria Funes, especialista en Servicios Financieros y Mercado de Capitales de Bomchil, destacó la importancia de que en la región “haya hoy una tendencia a regular, sin lugar a duda”, sobre todo después de los riesgos vividos en los últimos años y tras el colapso de FTX, para lograr una mayor cooperación a nivel global y evitar posibles arbitrajes. Señaló que la diversidad en materia regulatoria es el matiz que caracteriza a la región, con países con un marco más integral como Brasil y Chile, o casos como El Salvador, donde el bitcoin es adoptado como moneda de curso legal.

Para Funes, las alertas regulatorias en la región están puestas “por la alta volatilidad económica, la posibilidad de ciberataques y la falta de protección”, y que de alguna manera expone a una comunidad más frágil en comparación a los usuarios de servicios financieros adicionales. Resaltó, además, el rol de las cámaras fintech de la región como interlocutores válidos con los reguladores y respecto a nuestro país, señaló que la Argentina no tiene un marco integral, que “se regula lo necesario”, con algunas normativas específicas del Banco Central que restringen el acceso al mercado de cambios. Y un punto a destacar de este año fue el reglamento para los contratos de futuro Matba Rofex, que están basados en el índice Bitcoin, y operan con un volumen que merece tenerse en cuenta.

A modo de conclusión, el ecosistema fintech viene de pasar momentos de crecimiento y turbulencias, que le fueron mostrando las necesidades y urgencias de un sector que además de modelos disruptivos de negocios puede ser generador de empleos e integrador de sectores sociales. El nuevo marco regulatorio, el trabajo colaborativo entre estados, organizaciones y jugadores, y la transformación hacia un ecosistema digital inclusivo asoman como los primeros desafíos para restablecer un período de mayor seguridad y confianza entre los usuarios de activos virtuales.

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