En períodos electorales, los políticos realizan más denuncias por corrupción en contra de otros políticos
En Argentina, al menos un político es denunciado por corrupción en los juzgados federales de Comodoro Py aproximadamente cada dos días. Un número significativo de estas denuncias son impulsadas por políticos contra otros políticos, especialmente durante las campañas electorales. En un estudio reciente publicado en el British Journal of Political Science, Germán Feierherd, profesor asociado de la Universidad de San Andrés y Director de la Maestría en Administración y Políticas Públicas, Ezequiel Gonzalez-Ocantos de University of Oxford y Guadalupe Tuñón, graduada de UdeSA y profesora e investigadora de Princeton University, analizaron más de 38.000 denuncias presentadas en los tribunales de Comodoro Py entre 2013 y 2021. De estas denuncias, identificaron 731 en contra de políticos o funcionarios del segundo gobierno de Cristina Kirchner (2011-2015) y de la administración actual. Un número similar de denuncias fue presentado en contra de funcionarios del gobierno de Mauricio Macri (2015-2019).
Los investigadores observaron que a medida que se acercan las elecciones presidenciales, aumenta la cantidad de denuncias por corrupción de políticos contra sus rivales, especialmente dirigidas a funcionarios y políticos de la coalición oficialista. Además, analizaron el contenido de todas las tapas de los diarios Clarín y Página/12 durante el período comprendido entre 2013 y 2021, y notaron una mayor cobertura mediática de temas de corrupción pública cerca de las elecciones. Según los autores, la decisión de los políticos de realizar denuncias de corrupción es parte de una estrategia electoral. Dado que los votantes prestan más atención a la coyuntura política durante las campañas electorales y que las investigaciones por corrupción en Argentina raramente llegan a una condena, los políticos maximizan el daño político de sus denuncias cerca de las elecciones. Sin embargo, advierten que la debilidad institucional en Argentina incentiva a los actores políticos a utilizar las elecciones para castigar la corrupción, lo que también puede dar lugar a denuncias frívolas o carentes de mérito.
Finalmente, los autores cuestionan la narrativa prevalente sobre el lawfare, que sugiere un intento sistemático de gobiernos de derecha y grupos económicos de influir en los tribunales para destituir a líderes de izquierda. Feierherd explica que "si bien los políticos utilizan los tribunales para dañar o diferenciarse de sus rivales electorales, los patrones de politización que encontramos difieren de la idea de lawfare. En particular, nuestro análisis muestra que la presentación de denuncias por corrupción no es una actividad dominada por la derecha y, lo que es más importante, que los opositores, no los funcionarios en ejercicio, son los que más denuncias por corrupción presentan".