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FuenteEl Cronista Comercial

Fin del cepo, extinción de la inflación y la convergencia imperfecta de la economía argentina

Nota Germán Fermo

Como argentinos criados en esta tierra de permanente locura y frustración, debiéramos saber que en el mejor de los casos la convergencia hacia algo mejor será muy vertical y esquizofrénica. En algún momento habrá que comprender que veinte años de comunismo no se eliminan en seis meses por más bien intencionado que esté el equipo y por más liberal que se pretenda ser.  El proceso de aterrizaje hacia un equilibrio superador en el mejor de los casos será imperfecto. Percibo que desde el lado del gobierno, se está haciendo mucho con las pocas herramientas existentes. Ningún equipo económico en la historia de este país con tan poco hizo tanto aunque mucho compatriota todavía no lo comprenda. Toda gestión debe evaluarse relativo a lo que dispone y a lo que hereda. Dadas las limitadas herramientas con las que cuenta este gobierno por voluntad opositora, la gestión de economía se puede considerar como razonablemente correcta. Se hace lo que se puede y lo que se hizo es mucho relativo a las pocas herramientas de las que se dispone.

Este gobierno heredó el desastre macroeconómico más enorme jamás plantado por un gobierno saliente y a la vez dispone de herramental limitado para resolverlo fruto de una oposición que permanentemente dice que no a todo. La resistencia política le impide a este gobierno reestructurar la economía y normalizar su funcionamiento por lo que deberemos convivir con múltiples distorsiones y contradicciones por largo tiempo. Recuerden que de la Ley Bases original el Congreso aprobó una pequeñísima fracción, un "detalle" que muchos analistas suelen olvidar. Aun así en siete meses los avances hacia la normalización han sido notables aun cuando seguimos transitando una economía repleta de distorsiones fruto de la transición desde el comunismo K hacia una sistema liberal de mercado.

Es importante en este contexto diferenciar entre dos procesos de convergencia: uno económico y otro político. Quizá el tiempo de converger económicamente con el modelo actual sea demasiado amplio para una sociedad que en sus lapsos psiquiátricos de convergencia política suele ser histérica y bimodal. En este contexto de extrema psicología del votante argentino, toda estrategia de shock tiene un par de semanas iniciales para funcionar. Espero que el gradualismo no vuelva a convertirse en la trampa silenciosa de un gobierno bien intencionado pero con más objetivos que las herramientas que le permite la oposición por una sencilla razón: el peronismo inventará a su nuevo Alberto.

El objetivo supremo del gobierno es desinflación como prioridad. En esta coyuntura la devaluación se convierte en un evento de muy baja probabilidad de ocurrencia. No digo que todo esto esté ni bien, ni mal, pero ese es el plan y el que apueste en contra probablemente saldrá en camillas. Emisión cero y dólar planchado es el escenario. La aparente estrategia del gobierno es tener dormido al tipo de cambio porque su principal meta es inflación "cero" cuanto antes, dado que muy en breve tendremos elecciones otra vez y se hace indispensable mostrar un resultado exitoso ante una sociedad que suele olvidarse muy rápidamente de dónde venimos y por qué estamos como estamos. A menos que ocurra un cisne negro, ese es el plan por lo que el equipo económico intentará evitar todo salto cambiario relevante. No justifico la estrategia, tampoco la juzgo, es muy razonable imaginar que en los próximos años en el mejor de los casos la economía argentina deberá convivir con múltiples contradicciones fruto de un sistema que quiere abandonar su antítesis anterior, el comunismo K, y recuperar la sensatez vía la implantación de un sistema liberal de mercado, algo que abandonamos en 1920 cuando por entonces éramos una nación próspera y mucho antes de convertirnos en esta tribu voraz que hoy somos en la que abunda la pobreza.

El gobierno cerró todos los grifos relevantes de emisión monetaria. El efecto directo será que la inflación se extinguirá en los próximos meses, lo cual se correlacionará probablemente a la eliminación del cepo, una de las creaciones más perversas del comunismo K. La inflación es 100% un fenómeno monetario y este gobierno viene cerrando todas las canillas posibles por lo que la inflación se va a extinguir simplemente por una ley de la física. En este contexto muchos se preguntan cuándo termina el cepo. La muerte del cepo probablemente ocurrirá cuando se extinga la inflación lo cual a su vez generará un anclaje de expectativas respecto a la dinámica futura de precios. Y probablemente faltan solo unos pocos meses para que ambos eventos ocurran aproximadamente en simultáneo.

Los avances hacia la normalización macroeconómica son contundentes aun con todas las distorsiones que conocemos. Todavía tendremos un océano de contradicciones heredadas de los veinte interminables años que nos precedieron. Pero la dirección de este gobierno es correctísima. Las últimas dos décadas dejaron a un país colapsado en su peor crisis terminal y desde ese infierno comunista, un par de quijotes libertarios están ordenando al país y orientándolo hacia una convergencia impensada. Fácil no va a ser, libre de distorsiones tampoco, pero la dirección es claramente la escogida.

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