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Flujos migratorios imprevistos: El caso de la migración venezolana a Perú

En los últimos años, los flujos migratorios cobraron una intensidad sin precedentes, transformando la dinámica demográfica de países que históricamente no habían sido destinos de migraciones masivas. El desplazamiento de ciudadanos venezolanos a Perú entre 2016 y 2018, impulsado por la profunda crisis política y económica en Venezuela, ejemplifica este fenómeno. Durante este período, más de 630.000 venezolanos llegaron a Perú, lo que representó un aumento del 7,5% en la población laboralmente activa en las ciudades de Lima y Callao, donde se estableció el 85% de los migrantes. Esta situación generó interrogantes sobre sus efectos en el mercado laboral peruano, especialmente dado que el país no tiene antecedentes de inmigración masiva. En un reciente trabajo publicado en Economics Bulletin, Noelia Romero, profesora del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés e investigadora afiliada al Centro de Estudios para el Desarrollo Humano, analiza los desafíos que enfrentan las metodologías econométricas tradicionales para predecir flujos migratorios excepcionales, como el caso de Venezuela y Perú, así como su impacto en el empleo local.

Para estudiar las migraciones, se suele emplear un modelo predictivo de red, según el cual los primeros migrantes facilitan la llegada de otros, al compartir información sobre oportunidades laborales y vivienda en el país de destino. Desde esta perspectiva, la distribución espacial de asentamientos previos de inmigrantes permite predecir futuros flujos migratorios. Sin embargo, al aplicar este enfoque al caso de la migración venezolana a Perú, y su consecuente impacto en el mercado laboral, Romero encontró que la afluencia previa de venezolanos no permite anticipar la migración masiva que ocurrió entre 2016 y 2018. Este hallazgo surge de un análisis de los datos de la Encuesta Dirigida a la Población Venezolana, la Encuesta de Población Activa de Perú y registros censales del período estudiado. “Un choque migratorio repentino no puede predecirse con la migración previa, simplemente porque es escasa o insignificante”, destaca Romero. Este mismo fenómeno, sostiene la investigadora de UdeSA, puede observarse más recientemente en los flujos migratorios de Ucrania hacia diversas zonas de Europa, impulsados por la guerra. Una vez más, la metodología de red no sería capaz de predecir estos flujos migratorios si se observa solo la migración previa, a diferencia de situaciones donde ya existía algún tipo de flujo migratorio, como el caso de México hacia Estados Unidos. 

La incapacidad de este enfoque para predecir la migración venezolana a Perú podría estar vinculada a los factores de empuje en el país de origen, que desplazaron a millones de venezolanos hacia toda la región latinoamericana y el mundo, y no necesariamente a las condiciones del país receptor. Romero también sugiere que Perú habría atraído a los migrantes venezolanos debido a su política de inmigración flexible, que facilita la obtención de estatus laboral, así como las mejores oportunidades en el sector informal, que ofrece salarios más altos y una mayor disponibilidad de empleo que en Venezuela. Sumado a esto, el hallazgo sobre la debilidad de la metodología tradicional en migración es consistente con otros estudios sobre la migración venezolana que, mediante metodologías alternativas, no encuentran un impacto negativo significativo en el mercado laboral peruano. Dichos estudios sugieren que gran parte de los inmigrantes venezolanos se insertaron en el mercado laboral informal, lo que incentivó a muchos peruanos a buscar empleo formal.

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