La cochinilla: Un elemento clave para el rosismo
Durante más de dos décadas de la primera mitad del siglo XIX, Juan Manuel de Rosas gobernó la provincia de Buenos Aires. El régimen federal se caracterizó por la constante aplicación de estrategias para garantizar la adhesión al orden político y neutralizar la oposición de sus críticos. Los recursos implementados—siendo el más significativo la obligatoriedad del uso de la “divisa punzó”—marcaron la cultura material y visual de la época. En 1832, distintivos partidarios comenzaron a teñir la ciudad de color rojo y hacia 1835, el uso obligatorio de la divisa federal se extendió a toda la sociedad, incluso a los niños. En un reciente artículo publicado por la revista Estudios Curatoriales, María Lía Munilla Lacasa, directora de la Licenciatura en Humanidades, junto a investigadoras del Centro de Investigación en Arte, Materia y Cultura de la Universidad Nacional de Tres de Febrero, ilumina las técnicas utilizadas para responder a la creciente producción de chalecos, galeras, guantes, abanicos y peinetones del color identitario del régimen, que obligó la normativa vigente.
A partir de un análisis histórico-químico de diversos objetos del patrimonio rosista, las investigadoras accedieron a los soportes materiales y los componentes químicos que lograron una de las tonalidades características de la cultura visual argentina de la época. A partir de técnicas no invasivas, tomaron pequeñas muestras de las prendas textiles exhibidas en la exposición “La Paleta del Restaurador” del Museo Histórico de Buenos Aires “Cornelio Saavedra”, curada por Munilla Lacasa, como también del Museo Histórico Nacional y del Museo de Arte Hispanoamericano. En cuanto a los soportes de las piezas investigadas, la técnica de espectroscopía infrarroja les permitió identificar su fabricación en seda, lana y algodón. Además, mediante la implementación de fluorescencia de rayos X encontraron la presencia de hierro, cobre, azufre, potasio y estaño en todas las prendas. Estos elementos fueron utilizados para fijar el colorante rojo en las fibras textiles y alcanzar distintas tonalidades cromáticas. Por último, el equipo de investigación realizó un análisis por cromatografía líquida que le permitió identificar que el principal colorante responsable del color rojo proviene de la cochinilla, un insecto de origen americano que vive en las hojas del cactus nopal y que brinda un color rojo intenso cuando es procesado.
Los materiales empleados en la fabricación de las prendas textiles analizadas, como consecuencia de la imposición cromática del poder rosista, penetraron en la historia de la Argentina. “Los ciudadanos iletrados del período rosista podían no saber leer, pero sin duda entendían el valor del rojo como elemento simbólico de adscripción al régimen”, explica Munilla Lacasa. Del mismo modo, las investigadoras sostienen que “tanto fue el éxito de su uso en los cuerpos y demás objetos de la vida cotidiana de los habitantes del territorio argentino que su connotación política y cultural trascendió esta coyuntura, al imponerse sobre el propio término, en un desplazamiento semántico que terminó denotando un adjetivo con raigambre rioplatense”.