La gestión efectiva como catalizador del éxito empresarial
Las capacidades empresariales, como el desarrollo de habilidades para resolver problemas cotidianos, el monitoreo de fortalezas, la capacitación y evaluación del personal, así como la gestión del conocimiento, son esenciales para el desempeño organizacional. Las empresas que dominan estas habilidades de gestión pueden tomar decisiones estratégicas y operativas más acertadas, lo que se traduce en un aumento de la productividad y la rentabilidad. Sin embargo, medir estas prácticas presenta un desafío, especialmente en los países en desarrollo donde la gestión estructurada es limitada. En un artículo publicado recientemente por la revista Económica, María Victoria Anauati, profesora invitada del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés, analizó el impacto de las prácticas gerenciales en el desempeño de empresas argentinas. Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Empleo e Innovación realizada entre 2014 y 2016 sobre empresas manufactureras, construyó un índice de capacidades empresariales con más de 40 dimensiones para estudiar la relación entre las capacidades de gestión, los indicadores de desempeño empresarial y los procesos de innovación.
En Argentina, las prácticas de gestión varían considerablemente entre empresas e industrias. Solo el 14% de las empresas analizadas adopta prácticas de gestión avanzadas, mientras que el 41% sigue enfoques poco estructurados. Factores como los procesos productivos específicos de cada sector, las características del personal, el tamaño promedio de las organizaciones y la competencia del mercado contribuyen a esta heterogeneidad. Además, Anauati observa que, en general, las empresas con mejor gestión se asocian con mayores ingresos por ventas, una mayor probabilidad de exportar, y tienden a contratar más trabajadores y ofrecer mejores salarios. Son los niveles jerárquicos superiores de las organizaciones quienes más se benefician de las buenas prácticas de gestión. Por último, la investigadora identifica que las empresas con mejores prácticas gerenciales se asocian con una mayor probabilidad de innovar y de invertir más recursos en innovación. Las organizaciones que implementan prácticas de gestión más avanzadas se asocian con mejores resultados del proceso de innovación, ya sea mediante la introducción de nuevos productos o procesos, o a través de mejoras significativas en los existentes.
“La asociación consistente que se observa entre las mejores habilidades gerenciales y los procesos de innovación, que a su vez se correlacionan con rendimientos positivos en las empresas, proporciona evidencia robusta para orientar el diseño de políticas públicas en esta dirección”, explica Anauati.