En el programa de televisión del comediante estadounidense Stephen Colbert, el historiador Yuval Harari dijo que en todas las épocas anteriores a ésta podíamos tener incertidumbre de muchas cosas, pero sabíamos que en 20 años no iba a cambiar mucho lo que necesitábamos aprender. Y que esta vez, por primera vez en la historia, estábamos completamente a oscuras sobre qué vamos a tener que aprender y enseñar en 20 años.
No sé cuántos de ustedes saben cómo desplumar un pollo, pero por cerca de 12.000 años ese conocimiento pasó de generación en generación hasta básicamente inicios del siglo pasado. Cuando ocurrieron las grandes migraciones del campo a la ciudad dejó de ser algo importante de saber, pero pasaron miles de años. Ahora quizás por primera vez, como dice Harari, lo que hoy creemos importante saber ya no lo vaya a ser más en 20 años.
Capitulo 3
El tema de nuestro episodio de hoy es la educación. ¿Vamos a necesitar aprender otras cosas? ¿Podemos aprender mejor con inteligencia artificial de lo que lo hacíamos antes? Sin irnos tan lejos como dentro de 20 años, ¿qué hacemos hoy cuando nuestros hijos nos dicen que usan Chat GPT u otra aplicación para hacer la tarea de la escuela?
El invitado de hoy es Martín De Simone, quien nos ayudará a despejar los fantasmas en los algoritmos de la educación. Martín es politólogo de la Universidad de San Andrés, estudió políticas públicas en la Universidad de Princeton y es especialista en educación en el Banco Mundial, donde trabaja en proyectos en varios países de África y nos acompaña virtualmente desde Abuya, la capital de Nigeria.
Para América Latina la posibilidad de que la inteligencia artificial contribuya a mejorar los aprendizajes sería una oportunidad muy significativa dados los enormes desafíos de calidad educativa de la región. Según la última prueba PISA realizada en 2022 por la OCDE en 81 países, de los 5 últimos puestos del ranking 4 pertenecen a países latinoamericanos: Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Paraguay.
En el caso particular de Argentina (que se encuentra en el puesto 66 de los 81 países o regiones evaluadas), más de la mitad de los estudiantes argentinos de 15 años quedaron por debajo del nivel básico en Matemática, Lectura y Ciencias, las tres materias que rinden en esa prueba. Particularmente en Matemática, 7 de cada 10 alumnos no alcanzan niveles básicos. ¿Puede la inteligencia artificial ayudarnos a mejorar los aprendizajes de los estudiantes?
Martín cree que efectivamente estamos ante una gran oportunidad: “Por primera vez tenemos una herramienta que habrá que perfeccionarla y tiene sus riesgos, pero por primera vez puede brindar un aprendizaje personalizado y adaptarse al nivel del estudiante a un grado que realmente era inimaginable hace tan solo unos meses. Nos da una oportunidad para pensar la escuela de una manera diferente. Suele haber una queja de muchos sectores, que es que la sociedad ha cambiado mucho, pero la escuela es más o menos la misma en los últimos 200 años. Lo cierto es que esa queja casi nunca viene acompañada de una propuesta concreta de cómo modificar la situación actual”.
Según Martín, esto es así por el rol importante que cumplen los buenos docentes en los aprendizajes y porque casi que no hay ninguna intervención más efectiva que la tutoría docente-estudiante para mejorar el aprendizaje, pero obviamente tiene un problema y es que es una intervención muy cara y requiere de mucho tiempo. La inteligencia artificial generativa nos facilita eso, como demuestra el video que filmó Salman Khan con su hijo para el lanzamiento de la última versión Chat GPT.
También conversamos con Martín sobre la educación superior y cómo cambiará con la inteligencia artificial. Como decía Harari, hay mucha incertidumbre, pero incluso en ese marco hay algunas cosas que sí sabemos. La primera es que “la adaptabilidad como una habilidad va a ser cada vez más importante y en el contexto de Argentina en particular, creo que tal vez tendríamos que empezar a pensar en tener carreras más cortas. Las carreras de Argentina son muy largas con respecto a las del resto del mundo”, advirtió el especialista.
El futuro ya llegó
¿Qué hacemos con el uso que ya existe de inteligencia artificial en las aulas? La escuela fue uno de los primeros ámbitos en los que se usó y no por decisión institucional sino por impulso de los propios estudiantes. Martín nos decía que “la primera reacción fue de pánico porque la preocupación era en torno a la potencial trampa que se podría hacer con estos sistemas”.
“Lo cierto es que todos estos enfoques restrictivos van a ser muy difíciles de implementar en el futuro y hay una estrategia que probablemente va a ser la que predomine que es la de integrar estos sistemas en las aulas y en las escuelas. Yo siempre pienso en el caso de la calculadora. Cuando se introdujo había mucho rechazo, se decía que iba a crear obstáculos para que los estudiantes razonen por sí mismos y al fin hoy es muy difícil encontrar una escuela secundaria en el mundo en donde no se utilice una calculadora”, explicó.
“En el mediano plazo me imagino muy pocas actividades en las que la combinación de un humano usando inteligencia artificial es peor que solamente la inteligencia artificial y ahí es donde la habilidad de complementarse con la tecnología en general, pero con la inteligencia artificial en particular, se vuelve una habilidad fundamental. El médico que usa uno de estos sistemas va a tener una ventaja respecto del que no la usa y entonces la complementación entre los dos y la co-inteligencia, creo que va a ser lo que tenemos que mirar hacia adelante y eso también nos habla de ciertas habilidades que van a ser más predominantes”, concluyó el experto.