Las redes sociales mantienen fuertes vínculos con los medios tradicionales
El uso de redes sociales está cada vez más extendido en el mundo. Sin embargo, lo que conocemos de ellas frecuentemente proviene de estudios realizados en países del norte global, sobre todo en Estados Unidos y Europa, desde una consideración homogénea, a pesar de la diversidad de redes que existe, y que además aísla su funcionamiento del de otros medios que también consumimos a diario. “Para entender la heterogeneidad y la complejidad de un objeto tan central en nuestra vida cotidiana, como lo son las redes sociales, es importante involucrarse en el ejercicio epistemológico de comparar. De esta manera podremos entender qué es lo característico de las redes, qué es lo nuevo, qué nos gusta de ellas, y qué podría llegar a ser distinto en cómo las entendemos, estudiamos, y usamos”, argumenta Mora Matassi, profesora del departamento de Ciencias Sociales de UdeSA y co-autora de To Know Is to Compare Studying Social Media across Nations, Media, and Platforms (MIT Press, 2023), escrito junto con Pablo J. Boczkowski, Northwestern University y co-director del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO).
Para iluminar la complejidad de las redes, los investigadores adoptaron una mirada comparativa entre naciones y regiones, a través de distintos medios de comunicación y plataformas, hasta entonces muy poco frecuentes en este campo de estudio. Examinaron que la investigación prioriza un enfoque ahistoricista, que se concentra únicamente en los fenómenos recientes vinculados a las redes, como también un sesgo hacia estudiarlas como si solo se experimentaran en el idioma inglés. Además, observaron que se tiende a pensar que el lenguaje utilizado en las redes es fundamentalmente escrito, ignorando que también incluyen significantes visuales, gestuales o icónicos. Matassi sostiene que “al aplicar una mirada comparativa orientada también a historias y lenguajes se iluminan aspectos clave del objeto heterogéneo que son las redes sociales. Por ejemplo, la cultura televisiva le dio forma a distintos géneros de comunicación que prevalecen en redes como Facebook o Instagram. La exposición del “yo”, que tendemos a pensar que es propia de la cultura de las redes, en términos históricos y en comparación con medios tradicionales, nos recuerda a los realities televisivos, en los cuales una persona “común” pasaba a formar parte de un programa que exhibía su vida diaria y que resultaba atractivo para los televidentes”.
Frente a los discursos tecnófilos o tecnofóbicos que circulan en la actualidad, la mirada comparativa aplicada a las redes sociales permite trazar continuidades y discontinuidades históricas. Sobre todo, identificar paralelismos con tecnologías que en un momento también se presentaron como una amenaza y hoy ni siquiera existen. Además, la combinación de distintas tradiciones de trabajo comparativo aplicadas a entender un objeto complejo y heterogéneo permite pensar en una propuesta para el campo de la Comunicación, al que recurrentemente se le atribuye estar fragmentado entre distintas disciplinas. Para Matassi y Boczkowski, el enfoque comparativo construye zonas de intercambio entre distintas tradiciones teóricas y propuestas metodológicas que, aún sosteniendo diferencias, pueden convivir para desarrollar un conocimiento común.