FuenteLa Nación
Programación en la escuela pública de todo el país: ya no es imposible
Cada vez que comparto la idea de capacitar en programación a los niños de la escuela pública de todo el país recibo la misma objeción: ¿pero los chicos tienen la formación de base necesaria para aprender el lenguaje de programación?
Todos estamos convencidos de que el nivel del contenido curricular de la escuela pública (y la manera de transmitirlo) no brinda las herramientas mínimas suficientes a los niños para que estén en condiciones de aprender a programar. Con mucha alegría les quiero confirmar que esta intuición es incorrecta. Y realizo una afirmación tan categórica sin apelar a mi entusiasmo o amor por la educación; por el contrario, traigo aquí como la prueba más contundente los resultados medidos y documentados de la prueba piloto que, por primera vez en nuestro país, hemos realizado (exitosamente) en dos escuelas públicas provinciales ubicadas en el partido de Tigre. En ambas escuelas, los niños de 5to grado han estudiado programación durante un año y han logrado graduarse en diciembre de 2021 del primer nivel en programación (denominado por Digital House como “Kick - Off 1″).
Y para ser aún más optimistas sobre el futuro de esta idea, deseo aclarar que los niños y niñas han logrado graduarse en un contexto absolutamente adverso: en pandemia, estudiando remotamente y, en algunos casos, programando (¡desde un celular!) a falta de una computadora. ¿Se imaginan lo difícil que puede resultar leer texto, escribir y dibujar desde la pequeña pantalla de un teléfono? ¿Será que la tenacidad mueve montañas? Ahora les pregunto, honestamente: ¿todavía pensamos que este sueño es imposible, teniendo en cuenta este antecedente?
Es urgente aceptar que esta política pública es absolutamente posible y que, por ende, debe ser desarrollada a todo vapor. A continuación, resumo algunos de los valiosos aportes que la programación da a los niños -sin mencionar el más evidente, vinculado con el aumento exponencial de las probabilidades de conseguir empleo.
- Programar ayuda con las matemáticas, porque enseña a los niños a visualizar conceptos abstractos. De esta manera ellos aprenden cómo aplicar las matemáticas a problemas del mundo real y a diseñar soluciones creativas.
- Desarrolla y promueve la creatividad. El mundo evoluciona permanentemente, pero el conjunto de habilidades que un niño desarrolla al aprender a programar estarán allí toda su vida. Al programar, los niños despliegan la creatividad al experimentar y cometer errores en ese proceso y, sobre todo, aprenden que hay más de una forma de hacer algo. Es crucial enseñar a esos niños cómo pensar (y no qué pensar). Justamente, la programación enseña a los niños a pensar.
- Promueve la colaboración. En contextos creativos no suelen haber respuestas correctas ni caminos rígidos prefijados. En programación, los niños buscan la validación de sus ideas por parte de sus compañeros, generando como consecuencia que trabajen en grupos. Esto necesariamente provoca que ellos aprendan a colaborar, a dar y recibir críticas de manera positiva, y a incorporar comentarios acerca de lo que están haciendo. El desarrollo de estas habilidades es extremadamente importante para sus vidas. Así, los niños terminan aceptando que hacer las preguntas correctas a veces es más importante que tener las respuestas correctas.
- La programación mejora sustancialmente la capacidad de resolución de problemas. Cuando los niños programan se ven obligados a tomar problemas complejos y dividirlos en partes más pequeñas. Así, a lo largo del proceso de aprendizaje ellos aprenden cómo es abordar un problema complejo de exactamente la misma manera en que lo hace un sofisticado ingeniero de software: utilizando un pensamiento lógico y computacional.
- La programación otorga a los niños una ventaja competitiva fuerte a la hora de aspirar a ingresar a la universidad. Debido a que esta es una habilidad “transversal”, saber programar es una herramienta poderosa en un abanico muy amplio de disciplinas que, sin estar relacionadas con la computación, utilizan esta herramienta activamente: desde firmas de abogados, pasando por la justicia, la medicina, líneas aéreas, consumo masivo, industrias y laboratorios. Cierro con una idea simple. Hemos demostrado que es posible. Aquello que comenzó como un “sueño de desarrollo”, ahora es una “posibilidad de desarrollo”. Concreta. ¿Si no es ahora… cuándo?