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¿Qué pasa si uso ChatGPT en la universidad? Claves para estudiar usando inteligencia artificial

mariana-ferrarelli

ChatGPT es una herramienta en línea con la que se puede conversar, hacer preguntas y dar indicaciones. La aplicación de inteligencia artificial responde generando textos que pueden ser muy útiles para estudiar en la universidad, pero que también pueden implicar riesgos. 

En esta nota te compartimos recomendaciones y cuidados para optimizar su uso. 

¿Qué es ChatGPT?

ChatGPT es un modelo de inteligencia artificial (IA) que pertenece a las llamadas IA “generativas” que generan textos, imágenes o videos. ChatGPT puede ofrecer información (no siempre correcta), ideas, ejemplos, soluciones a problemas o textos que respondan a una consigna: resumir un artículo, redactar un ensayo, relacionar autores, explicar un concepto, proponer un ejercicio o editar un texto en función de las indicaciones recibidas, entre otras posibilidades. 

Un estudiante universitario puede aprovechar estas oportunidades para ahorrar tiempo, mejorar sus aprendizajes o resolver desafíos propios de la vida universitaria. Sin embargo, el uso de esta herramienta y otras similares (como Gemini, Claude o Llama) genera desafíos éticos e institucionales ligados al plagio, y también puede obstaculizar el aprendizaje al brindar información falsa o reemplazar procesos cognitivos necesarios para aprender.

¿Sirve ChatGPT para buscar información?

Para investigar sobre un tema, es posible preguntarle al ChatGPT “¿Podés sugerirme algunos autores relacionados con [tema]?”, “Explicame [concepto desconocido]” o bien “Nombrá algunos aspectos importantes de [tema]”. Las respuestas pueden servir para incursionar en una temática nueva o para obtener explicaciones de conceptos complejos. 

Sin embargo, ChatGPT puede ofrecer respuestas incorrectas, que se conocen como “alucinaciones”. Además, ChatGPT no ofrece, al menos en su versión gratuita actual, información sobre las fuentes que utiliza para dar sus respuestas (¡incluso inventa papers que no existen!). Otros motores de IA, como Perplexity, muestran las fuentes actualizadas en tiempo real de donde se extrajo la información, lo que facilita el proceso de verificación.

Además, las respuestas de ChatGPT pueden estar sesgadas en función de los datos con los que el modelo fue entrenado, así como la información ofrecida por un sitio web, un libro o un artículo también depende de sus fuentes primarias y el enfoque de sus autores. 

Por último, es posible obtener respuestas más coherentes con los objetivos buscados cuando las instrucciones o “prompts” son muy claras y precisas. A continuación, sistematizamos algunas recomendaciones básicas:

  • Realizar pedidos simples, concretos y sin ambigüedades.
  • Otorgar información de contexto.
  • Delimitar el alcance y la profundidad del tema.
  • Especificar la extensión de la respuesta.
  • Iterar para mejorar un resultado.

Por ejemplo, una alternativa a “¿Qué es el cambio climático?” podría ser “Explicame qué es el cambio climático, teniendo en cuenta que soy un estudiante de primer año de Física, con conocimientos básicos de ciencias naturales. Quisiera saber qué fenómenos físicos están implicados, y cuáles son las consecuencias para las personas. La respuesta debe ser de 2 o 3 párrafos cortos”. 

Una vez obtenida la información, se puede repreguntar, por ejemplo, solicitando que la explicación sea más simple, o más técnica, o que cumpla con algún otro requisito. Como en cualquier búsqueda de información, será necesario indagar en otras fuentes, contrastar y ampliar. 

¿Cómo puede ayudar ChatGPT a estudiar?

Según el sitio SimilarWeb, ChatGPT reúne entre los grupos de edades 18-21 y 25-34 más del 50% de los usuarios totales. Un estudio realizado por el Instituto Universitario para el Desarrollo Productivo y Tecnológico Empresarial de la Argentina (IUDPT), 9 de cada 10 estudiantes de la institución usaban ChatGPT a fines de 2023. 

A la fecha, Chequeado no encontró otros informes o estudios con datos cuantitativos sobre el uso de ChatGPT por parte de estudiantes universitarios en la Argentina, pero las oportunidades para mejorar el estudio parecen ser muchas:

  • Los modelos de IA pueden ayudar a personalizar el aprendizaje, a partir de dar respuestas especialmente dirigidas al usuario y que responden a sus necesidades específicas. 
  • ChatGPT puede ayudar en la escritura, edición y corrección de textos para que cumplan con requisitos particulares de formato o estilos de redacción (por ejemplo, formato de citas).
  • Se puede utilizar el ChatGPT como una ayuda para monitorear el proceso personal de aprendizaje: pedir ejemplos de ejercicios, realizarlos y solicitar una devolución.
  • Gestionar proyectos y tareas: “¿puedes ayudarme a crear un cronograma para mi proyecto?”, “¿cómo puedo gestionar mi tiempo para cumplir con todas mis tareas académicas?”.

Por otro lado, al proporcionar respuestas rápidas, los modelos de IA podrían afectar el desarrollo de habilidades esenciales como la comprensión lectora, el análisis crítico, el trabajo colaborativo y la capacidad de expresar ideas, si se prioriza la productividad y el ahorro de tiempo por sobre los procesos necesarios para desarrollar aprendizajes. 

La doctora en Educación, Marta Libedinsky, describió el actual escenario a Chequeado: “Hoy sabemos que tenemos 3 opciones. Enrolarse en el grupo que propone prohibir el uso de ChatGPT en la universidad, hacernos los distraídos o promover su uso ofreciendo tutorización día a día y paso a paso y formación transversal (a través del currículum y en todas las asignaturas). Me enrolo -como tantos colegas- en este tercer grupo”. 

Plagio: desafíos éticos y consideraciones prácticas

Evitar el plagio al usar ChatGPT es esencial para mantener la integridad académica. Según Mariana Ferrarelli, especialista en Comunicación, Educación y Tecnología de la Universidad de San Andrés (UDESA), “el plagio siempre existió, no es un problema de ahora. La complejidad que agrega la IA generativa es que ya no tenemos un original contra el cual evidenciar la copia fraudulenta”.

Y agregó: “Los detectores de plagio tradicionales lo que hacían era contrastar un escrito a través de inteligencia artificial con los miles y millones de sitios web, trabajos, etc., y aportar un porcentaje de copia contra una evidencia, contra la evidencia de algo ya escrito. El problema es que ahora no tenemos esa posibilidad porque a cada usuario los sistemas de IA le entregan una creación diferente”. 

Sin embargo, para los docentes muchas veces sí es posible detectar cuando un escrito fue generado por una herramienta de IA, tanto por su experiencia y conocimiento pedagógico como por el uso de herramientas digitales que permiten, cada vez más, identificar si un texto fue generado de esa manera. Desde el rol de estudiante, hay varias cuestiones a tener en cuenta:

  • Como aspirante a un título universitario y la posibilidad de ejercer una profesión, ¿qué se gana y qué se pierde al utilizar Chat GPT? ¿Te permite priorizar tareas? ¿Evita que realices procesos propios del desarrollo de tus aprendizajes profesionales, como leer y resumir un texto, relacionar temas  o presentar un trabajo práctico?
  • Normativas institucionales: ¿cuáles son las políticas y normas de la institución académica sobre el uso de la inteligencia artificial, el plagio y los derechos de autor?
  • Citar correctamente: en el caso de que la institución educativa permita y reconozca al ChatGPT como fuente de consulta, es crucial citarlo adecuadamente según la normativa requerida (APA, Chicago, etc.).
  • Parafrasear. Un recurso factible para evitar la utilización de textos generados por ChatGPT es el parafraseo o reformulación de oraciones. En este caso, además, el estudiante puede incluir análisis, interpretaciones y comentarios personales.“Si un estudiante recurre a una herramienta generativa para obtener un primer borrador y después edita, reedita, reescribe, etc., y le aporta su propio insight, (…) podríamos decir que cumplió el objetivo”, aseguró Ferrarelli.

Por otro lado, una de las desventajas de ChatGPT es que puede producir desinformación sin intención, como se explica en esta nota de Chequeado.

Libedinsky señaló: “El desafío para las instituciones educativas y para los docentes universitarios es proponer situaciones en las que tanto los profesores, los investigadores, los especialistas y los estudiantes muestren cómo integran ChatGTP en sus actividades sin caer en un uso que permita el plagio o la desinformación”.

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