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FuenteMauro Torres

Roy Hora: Argentina tiene "una larga historia de muy alta inflación"

"El dólar en Argentina hoy es un verde objeto del deseo. Se incorporó a nuestra cultura en una manera que es muy difícil encontrar en otros países", admitió el experto.   Historia de fracasos "Nos tenemos que preguntar desde cuando Argentina no tiene moneda. El valor del metálico se perdió en las batallas por la independencia y desde ahí en adelante comenzó una larga historia de emisión de moneda fiduciaria y alta inflación (1820-1850)", ilustró.   El doctor en Historia recordó que "eso cambió, más o menos, en la de década de 1890. Esa moneda duró casi 50 años porque tuvimos un Estado más fuerte y Argentina se convirtió en una de las potencias exportadoras del planeta".   "Los argentinos nos acostumbramos a una larga historia de muy alta inflación y erosión de nuestros ahorros, que nos lleva a tratar de protegernos a través del dólar, una moneda que se impuso en el mundo en la década de 1930", diagnosticó Hora.   "A eso se le agregó que entre 1930 y 1960, las exportaciones argentinas se mantuvieron estancadas tanto en términos de volumen como en valor", reflejó.   Un problema endémico "La sociedad argentina tiene un pensamiento más moderno que el de vecinos como Brasil. Eso se refleja en un deseo de consumir y mantener un nivel de vida que está por encima de la productividad de su economía", advirtió el profesor universitario.   En ese sentido, resaltó que "el Estado gasta más de lo que tiene y se ve forzado a emitir, ante una sociedad que demanda más de lo que puede producir. Esto nos hace endebles y nos lleva a tener un tipo de cambio alto que no es bueno".   "Entre las décadas de los 70s y los 80s cambió el fenómeno y el dólar pasó a ser un tema cotidiano en Argentina", puntualizó Hora en el programa que conduce Christian Dátola.   "Esto se produjo por la globalización financiera y un ascenso dramático de la inflación, en particular desde el 'Rodrigazo' (1975) en adelante", añadió.   "A partir de esa época, el mercado inmobiliario empezó a manejarse en dólares. Esta experiencia hizo metástasis en otros mercados en virtud de que ahorrar en moneda local se volvió algo imposible", graficó el experto.   Según Hora, "hace falta más certeza sobre cuál es el camino para resolver el problema de la inflación y además, se necesita una dosis de poder político mucho más grande que la que los gobiernos de los últimos 20 años pudieron acumular".

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