Buscador UdeSA

Filtrar búsqueda por categorías

Sostenibilidad en las escuelas: Un concepto flexible que se materializa más allá de la infraestructura

Uno de los principales desafíos del siglo XXI es la sostenibilidad. Aunque diversos actores promueven la educación para el desarrollo sostenible, este concepto se presenta como sumamente flexible, lo que dificulta su aplicación uniforme en las escuelas. Esta polisemia moldeada por la ONU, académicos y organizaciones no gubernamentales, ha generado múltiples enfoques para las escuelas sostenibles. El libro Escuelas sostenibles: Una construcción a medida de Damasia Ezcurra, investigadora de la cátedra UNESCO en Educación para la Sostenibilidad y la Ciudadanía Global de la Universidad de San Andrés, propone reterritorializar este concepto y examinar cómo las especificidades contextuales de cada comunidad educativa configuran diversos enfoques de enseñanza ambiental. 

Considerando la ambivalencia del término desarrollo sostenible, Ezcurra identifica los rasgos consistentes y divergentes en las escuelas sostenibles. Para ello, trazó la evolución teórica del concepto y su impacto en el ámbito educativo. Asimismo, estudió ocho instituciones educativas del programa Escuelas Verdes de la Ciudad de Buenos Aires para comprender su percepción de la sostenibilidad. Estas escuelas comparten la incorporación de la educación para el desarrollo sostenible en sus procesos institucionales, administrativos y pedagógicos, posicionando la sostenibilidad en el centro de su proyecto educativo e involucrando a toda la comunidad escolar. No obstante, al examinar la visión específica de cada escuela sobre el desarrollo sostenible, que varía según los profesionales y el contexto de cada comunidad educativa, las diferencias entre ellas se hacen evidentes. La investigadora identificó cinco escenarios que reflejan la cultura de las escuelas sostenibles de la Ciudad de Buenos Aires, en función de su grado de tecnicismo en las prácticas sostenibles, la conexión de la comunidad escolar con la naturaleza, la búsqueda de cambios sociales, culturales y éticos, el esfuerzo por un desarrollo local justo y equitativo, y la visión de restauración, reconciliación y regeneración social y ambiental. 

Previo a realizar su investigación en la Ciudad de Buenos Aires, Ezcurra también visitó escuelas sostenibles en Inglaterra y Nueva Zelanda. “Esta experiencia me sirvió para comprender que las escuelas sostenibles pueden adoptar formas muy disímiles según cada contexto. Las eco-schools que visité en Inglaterra, que se caracterizan por la incorporación de paneles solares, techos verdes y sistemas de captación de agua de lluvia, se destacan por una gestión ambiental asociada a la infraestructura. Este enfoque sostenible no podría ser replicado en las escuelas que no disponen de los mismos recursos materiales. Por otro lado, las enviroschools (proveniente de “environmental schools”) de Nueva Zelanda integran prácticas ambientales asociadas a sus culturas originarias. Por ejemplo, los niños realizan un haka al participar en actividades vinculadas con el medio ambiente. Estas diferencias ponen de manifiesto la importancia de adaptar las políticas públicas a los contextos locales”, describe Ezcurra. 

En este sentido, la investigadora reflexiona que “muchas de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires no tienen la posibilidad de mejorar su infraestructura en términos ambientales. Sin embargo, no es un impedimento para promover procesos de enseñanza y aprendizaje de educación ambiental dentro de la institución. Hay docentes y directivos que potencian su proyecto institucional promoviendo contenidos, valores y actitudes en clave de sostenibilidad”. 

El libro fue publicado en el 2024 por la Universidad de San Andrés.  

Este sitio utiliza Cookies