TikTok: por qué cuestionan a un popular desafío que promueve “ayudar” a personas en situación de calle
Un hombre de unos de 40 años se encuentra recostado en el banco de una plaza, a su alrededor están sus pertenencias en bolsas de consorcio. Son pocas. Un chico lo aborda con la cámara de su celular: “¿Me das tus zapatillas a cambio de las que hay adentro de esta caja?”, pregunta el joven, mientras se le muestra. El hombre duda, pero le dice que son las únicas que tiene, y se niega a hacerlo.
Otro hombre revuelve la basura. El mismo chico lo sorprende con el celular y le hace la misma pregunta.
–No tengo otro par, pero ¿qué tenés ahí adentro?, ¿unas zapatillas nuevas?– responde y mira fijamente la caja.
–No te puedo decir qué hay. Vos elegís, ¿me las das a cambio de lo que hay acá adentro o no?– le indica el joven.
El hombre acepta la propuesta y se saca las zapatillas para entregárselas. Una vez hecho el cambio, descubre que dentro de la caja hay un par nuevo. Su emoción es notoria.
Un video de este tipo puede llegar a tener entre más de 100.000 “me gusta” y miles de comentarios. Estas escenas se repiten en la red social TikTok una y otra vez
La fórmula no varía mucho. Los usuarios detrás de la cámara abordan a una persona en situación de calle. Les hacen propuestas a cambio de dinero o de algún producto. En algunos casos los someten a distintas pruebas, muchas veces sin que ellos sepan.
Sin embargo, también están los usuarios que ayudan sin pedir nada a cambio y sin ningún tipo de desafío de por medio. Ellos registran con sus celular el momento en el que colaboran y muestran qué es lo que les compran y la emoción que sienten tras ser ayudados.
Los usuarios descubrieron que registrar este tipo de “desafíos” se traduce en más “me gusta”, más comentarios, y, por lo tanto, en más viralización y en seguidores.
Reacciones
Sobre este tipo de videos, los especialistas consultados por La Nación consideran que promueven una “espectacularización de la pobreza” y una “cosificación de las personas”.
“Estos videos desafío crecen porque TikTok se alimenta de contenido exprés o express content. Contenido de creación rápida, de bajo costo y con impacto emocional alto. Que garantiza entretenimiento con altas probabilidades de viralización”, explica Alejandro Artopoulos, sociólogo y profesor de la Universidad de San Andrés y de la Universidad de Buenos Aires. Y completa: “Es un nuevo tipo de desafío que asegura la reproductividad por variaciones dentro del formato”.
“Hay una situación penosa, de decadencia social, la situación de los indigentes se transforma en un entretenimiento, en un espectáculo. La miseria humana es convertida en un espectáculo: en un juego donde se premia algo equivocó, ¿por qué alguien le daría sus zapatos a la otra persona si no tiene de sobra? El mensaje en parte es confuso, se está pidiendo algo a alguien que no tiene prácticamente nada. Entonces, ¿hay que ser generoso?, o ¿hay que cuidar lo propio, sobre todo si tenés tan poco?”, reflexiona Diana Litvinoff, psicoanalista y autora del libro El sujeto escondido en la realidad virtual.
“El formato del ‘desafío al indigente’ es una construcción narrativa. Le permite al creador de contenido dejar el lugar del protagonista para pasar al de ‘conductor/juez´ que le impone el desafío al indigente. El desafío se basa en evaluar la conducta desde una ética del mérito: ‘si es buena persona, merece un regalo por su buena elección’. La narración se inscribe en un contexto de debate sobre el mérito de los indigentes para recibir ayuda. La lectura que podemos hacer es que los indigentes, que son malas personas, no la merecen”, explica el sociólogo tras analizar los videos.
“Usan sus imágenes, hacen su propuesta, que es como un acertijo y los premien si responden bien. Es muy diferente a un programa de preguntas y respuestas, aquí supuestamente gana, la respuesta más desinteresada, pero el gran tema es para qué se hace todo esto y se sube a las redes sociales, ¿cuál es el fin, el objetivo?”, reflexiona Alberto Álvarez, psicoanalista y psiquiatra.
“Son acciones individuales que intentan supuestamente solucionar un momento de la vida de esas personas, pero al precio de tratarlas como cosa, como objetos y usan estás imágenes para otros fines”, analiza el miembro titular de Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
Matías Verseckas es usuario de TikTok que hace videos en los que muestra cómo ayuda a una persona en situación de calle, pero no le pide nada a cambio. El joven de 19 años contó que un día estaba caminando por microcentro y vio la cantidad de homeless que había. Le asombró ver cómo la gente que pasaba por al lado los ignoraba. Entonces, decidió promover un cambio “Me puse a pensar y me pregunté, ‘¿Habrá una persona que se acerque y por cinco o diez minutos le pregunte, ‘¿cómo estás?, ¿qué te pasa?, ¿con qué te puedo ayudar?’ La ayuda no debe ser necesariamente plata, quizás puede ser un alimento, o una prenda de ropa que le haga falta”, explica.
“Esto no quiere decir que no haya personas que son caritativas, que quieran ayudar. El problema se soluciona de raíz: hay una situación de desigualdad social muy grande y eso no se soluciona con que un youtuber le regale un par de zapatillas a una persona en situación de calle. El marketing que puede hacer esta persona que está buscando seguidores porque se muestra que es bueno, es muy grande, pero transformando la pobreza en espectáculo, transformando en objeto a la persona no se llega a solucionar nada”, sostiene Litvinoff.
Álvarez remarca que siempre el que ayuda en estos casos obtiene un beneficio o cumple con su ideal: conseguir más likes o seguidores y así volverse más famoso en la plataforma china.
“Ganancias”
Un usuario de TikTok con medio millón de seguidores o ese nivel de visitas mensuales puede ganar por esos 30 días de trabajo en la red social 450 dólares. Además, TikTok cuenta con otras formas de ganar dinero extra como hacer publicidades y promocionar canciones, entre otras iniciativas.
“Respeto a la gente que está en contra de estos videos, no la comparto, pero la respeto. Cada uno tiene su opinión. Yo no arranque estos videos con el objetivo de sumar seguidores, tener más likes o ganar plata. De hecho, hasta el día de hoy no gané un peso con estos videos. Salió todo de mi bolsillo y yo no gané nada”, aclara Verseckas.
Algo positivo que resalta Álvarez es que las personas en situación de calle forman parte de una población marginalizada por la sociedad y estos tiktoks hacen visible su existencia, poniéndolo en las pantallas.
Sin embargo, el psicoanalista insiste: “Son acciones individuales, fuera de un lazo social y para beneficio del que hace el tiktok. Hay muchos grupos sociales organizados que realmente trabajan hace mucho tiempo para ayudar todos los días y darles una posible solución, aunque, a veces, precaria es constante porque distribuyen comidas y mantas y abrigo, son trabajos pensados desde lo sociopsicológico”.