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Tras la pelea del Gobierno con las prepagas, revelan cuánto apoya la gente la actual política de salud

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Esta semana se cumplirán dos meses desde que el Gobierno y las prepagas firmaron un acuerdo judicial tras una pelea sostenida desde el 17 de abril, cuando comenzó la acusación por aumentos abusivos y “cartelización”. Una encuesta realizada en los últimos días, que relevó el humor sobre varios aspectos de la política oficial, no dejó afuera el tema de la salud, por lo que los entrevistados pudieron evaluar lo hecho hasta ahora desde el área que conduce el ministro Mario Russo.

Salud tiene la particularidad de haber logrado la categoría de Ministerio tras alguna zozobra en el inicio del Gobierno libertario, cuando aún no se sabía si alcanzaría ese estatus o quedaría reducido a una secretaría más como lo había sido durante una parte de la gestión del ex presidente Mauricio Macri. Finalmente, el área obtuvo el máximo escalafón administrativo.

El conflicto con las prepagas dominó la agenda sanitaria libertaria a partir de la desregulación que impuso en diciembre pasado el DNU 70, por el que las empresas pudieron empezar a fijar los precios de las cuotas sin intervención del Gobierno. Eso sucedió en enero. Ya para abril, la cantidad de amparos judiciales se multiplicaba y el Gobierno -contra sus enunciados principios ideológicos- decidió intervenir.

La Comisión Nacional para la Defensa de la Competencia y la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) articularon el juego de pinzas que derivó con un tope mensual para el precio de las cuotas (con el IPC como techo) y una investigación por presunta “cartelización” que todavía continúa sin una resolución clara a la vista. La última novedad es que a partir del 1° de julio las cuotas volvieron a liberarse y se dio inicio a una devolución del dinero cobrado por encima de la inflación en 12 cuotas, con una tasa de interés del 2,5 por ciento mensual.

Una encuesta de satisfacción política y opinión pública realizada por la Universidad de San Andrés entre el 12 y el 17 de julio últimos permite observar que luego de este recorrido realizado (al que entre otros puntos salientes se suman la polémica por la entrega de medicamentos oncológicos y la actuación ante la peor epidemia de dengue de la historia) el área de salud ha quedado ubicada entre las que menor aprobación consiguió entre los encuestados.

Los detalles de la encuesta

Se trata de una muestra realizada en todo el país a partir de entrevistas a 1.006 adultos mayores de 18 años. En promedio, el 33 por ciento se manifestó satisfecho con la marcha general de la política oficial del Gobierno y el 63 por ciento dijo lo contrario. Dentro de esa performance hay áreas que alcanzaron puntos más altos que otros. Defensa, Economía y Seguridad se ubican por encima del promedio de satisfacción.

En la parte de abajo de la tabla aparece, precisamente, el área de salud, incluso por debajo de la de educación -Secretaría bajo el ala de Capital Humano-, que oportunamente tuvo un punto saliente con la multitudinaria marcha universitaria en contra del Gobierno. El nivel de aprobación en Salud llega apenas al 27 por ciento de los entrevistados, mientras que el de rechazo es del 65 por ciento.

Sólo la política científica y la de obras públicas e infraestructura tiene menos aprobación que la política de salud, con el 24 y el 22 por ciento respectivamente. Aunque en el nivel de insatisfacción, salud supera a ciencia, área que muestra un 59 por ciento de gente en contra de lo hecho y una mayor proporción de los que responden que no saben.

Una de las versiones que había circulado cuando el Gobierno decidió en abril avanzar contra las prepagas fue que las encuestas propias mostraban un descontento social generado la liberación inicial de los precios, lo que incluso llevó al ministro de Economía a afirmar que esas empresas le estaban “declarando la guerra a la clase media”.

Al margen de la disputa con las prepagas, hace dos semanas se confirmó el anuncio de que finalmente el Gobierno nacional iniciará una campaña de vacunación contra el dengue en áreas endémicas del país, otro de los temas que había provocado controversia sobre todo en el momento más álgido de la epidemia, cuando además era muy difícil conseguir repelente en los comercios.

Balance entre lo conocido y lo desconocido

A juzgar por los resultados de la encuesta realizada por la Universidad de San Andrés, la parábola luego de lo realizado ubica la salud, una de las áreas más sensibles de las políticas públicas, entre las notas más bajas que tiene para mostrar el Gobierno. La ponderación social de los ministros puesta de manifiesto en el relevamiento es, también, un correlato de este panorama.

La ministra con mayor aprobación es Patricia Bullrich, con el 48 por ciento de opiniones positivas, mientras que Russo aparece al final de la lista, con apenas el 12 por ciento y una gran proporción de ciudadanos (46 por ciento) que afirman no conocerlo. Incluso Sandra Pettovello, que tiene en su haber el affaire de los alimentos no distribuidos en comedores comunitarios y la marcha educativa en contra, alcanza un 29 por ciento de imagen positiva.

Lo paradógico del caso es que en dos de los temas de salud aquí mencionados (prepagas y remedios oncológicos), el Ministerio de Salud ha sido en parte una suerte de convidado de piedra, dado que los conflictos fueron protagonizados por la SSS -dependiente de Salud pero como organismo descentralizado- y Capital Humano, que en febrero trasladó la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (DADSE) al paraguas de Russo, tras una denuncia por supuestas irregularidades en esa administración.

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