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Un tablero de control para evaluar la salud de las organizaciones

“En Argentina es común encontrar empresas en las que prevalece la intuición directiva sobre la cuantificación y formalización de datos concretos”, explica Alberto Ballvé, investigador del Centro de Innovación Social (CIS) de la Universidad de San Andrés. En su reciente libro El tablero de control: La revolución de la información directiva en el siglo XXI, desarrolla una herramienta gerencial para complementar la intuición directiva. Ante la ausencia de una metodología clara que permita conocer el rumbo de la organización, el tablero de control se centra en identificar áreas clave para monitorear —más allá de la rentabilidad como indicador de éxito— cuyo fracaso frenaría la continuidad y progreso de la empresa en un entorno competitivo. El seguimiento de indicadores seleccionados para diagnosticar la salud de una empresa, con ayuda de las nuevas tecnologías informáticas, proporciona un conocimiento más profundo de la situación de la organización, permite evaluar situaciones concretas, monitorear su desempeño, comunicar objetivos e identificar el grado de avance hacia dichos objetivos.

Tras realizar un trabajo de campo de consultoría en diversas empresas argentinas, desde Grupo Peñaflor Bodegas Argentinas Líderes hasta Globalfarm, creada por seis laboratorios medicinales, el investigador del CIS se enfocó en examinar los indicadores que generan rentabilidad en empresas. Para el análisis, Ballvé recuperó mediciones provenientes de clientes, procesos e incluso aspectos cualitativos de una organización, como el clima laboral. Un caso destacado es la integración de gestión con tecnología que lideró Coto C.I.C.S.A. La cadena de supermercados e hipermercados implementó un sistema de control en línea de sus tiendas con 100 pantallas LED, seguimiento de camiones con GPS y cámaras de control del frío, control de atención al cliente mediante el monitoreo de llamadas y contacto virtual con clientes, y la construcción de una sala tecnológica para el control directivo. El desarrollo de sistemas tecnológicos generó fondos para el crecimiento de la empresa, mejoró la oferta a clientes y creó información para compartir con proveedores. La alta dirección de la empresa fue el principal consumidor de la información, gracias a un desarrollo amigable para el usuario.

“El estudio de estos casos ha evidenciado la importancia del tablero de control como una herramienta de aprendizaje en todos los niveles de la organización, configurada específicamente para empresarios no familiarizados con la dirección basada en indicadores”, sostiene Ballvé. Para avanzar hacia una organización más inteligente es esencial transformar de manera integrada la dirección, tecnología, información y personas de la empresa. La implementación de tableros depende del tipo de industria, la situación de la empresa, el entorno general, la estructura societaria y la madurez de la organización. Además, el diseño del tablero debe planificarse en etapas cortas y de bajo costo para obtener resultados rápidos, con posibilidad de perfeccionamiento y mejora continua. Cuando los períodos de uso son prolongados, no se genera la costumbre y se tiende a olvidar su existencia.

El libro fue publicado en el 2023 por Ediciones Granica. 

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