¿Cuál es el costo económico de dormir mal?
Si la población adulta de Argentina durmiera el mínimo de horas recomendadas de sueño, su PBI crecería un 1,27%.

Recientemente, el sueño, un proceso fisiológico fundamental para la salud y el bienestar humano, comenzó a ser reconocido por su impacto en la economía. La falta de sueño afecta la productividad laboral, reduce la disponibilidad de mano de obra debido al aumento del riesgo de mortalidad y eleva los costos sanitarios derivados de trastornos asociados al descanso insuficiente. Por estos motivos, la calidad y cantidad del sueño inciden sobre los mercados de trabajo, los sistemas de salud y el bienestar general de la sociedad. María Victoria Anauati, Matías Gómez Seeber y Walter Sosa Escudero, investigadores del Departamento de Economía de la Universidad de San Andrés, junto con Diego Golombek, director del Laboratorio Interdisciplinario del Tiempo y la Experiencia en la República Argentina, y Sebastián Campanario, economista de La Nación, analizan el impacto económico de la falta de sueño en Argentina en un artículo publicado en The European Journal of Health Economics.
Para estimar el impacto económico derivado de la falta de un descanso adecuado, los investigadores desarrollaron un modelo económico que evalúa los efectos del sueño insuficiente sobre el Producto Interno Bruto (PIB) de Argentina. Para ello, consideraron dos factores vinculados a la falta de sueño que impactan sobre la oferta de mano de obra de la economía de un país: el aumento de la mortalidad y la reducción de la productividad laboral. El modelo considera cinco escenarios hipotéticos, que van desde un caso optimista, en el que toda la población duerme entre siete y nueve horas diarias, hasta un escenario pesimista, en el que nadie supera las seis horas de descanso. Cada uno de estos escenarios fue comparado con un escenario base, es decir, con la proporción de personas que actualmente duermen menos de lo recomendado. En estos escenarios, el modelo predice el posible aumento o disminución de la producción económica del país correspondiente a si los individuos durmieran más o menos.
Según el modelo propuesto por los investigadores, si toda la población adulta alcanzara al menos siete horas de sueño por noche, el PIB de Argentina aumentaría un 1,27%, lo que equivale a unos 6.300 millones de dólares. En el extremo opuesto, si toda la población durmiera menos de seis horas diarias, el PIB sufriría una caída del 1,37%. Estos hallazgos indican que la baja productividad y el mayor riesgo de mortalidad asociados con la falta de sueño generan pérdidas económicas, las cuales se agravan a medida que más personas duermen menos horas de las recomendadas. Además, la productividad es el factor que más contribuye a las pérdidas económicas derivadas del descanso insuficiente.
Los resultados obtenidos para Argentina se encuentran dentro del rango estimado para otros países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, donde la pérdida económica asociada a la falta de sueño oscila entre el 1% y el 3% del PIB. Al respecto, Gómez Seeber reflexiona lo siguiente: “Nuestra hipótesis inicial era que, en un país menos desarrollado como Argentina, los resultados serían distintos a los de países desarrollados. Sin embargo, el modelo argentino mostró resultados similares a los de Estados Unidos o Alemania, a pesar de sus diferencias estructurales”.