En múltiples áreas de política pública, Argentina se centralizó más de lo que se descentralizó
En política pública, la decisión sobre qué nivel de gobierno legisla e implementa leyes y políticas influye sobre la calidad de los servicios que reciben los ciudadanos y en cómo el Estado administra sus recursos. En Argentina hay áreas de política pública que, tradicionalmente, son de competencia nacional, como las migraciones y defensa. Otras áreas están descentralizadas y representan cargas para las provincias, como sucede en áreas de salud y educación. En algunos casos, la descentralización puede significar nuevos recursos u oportunidades de negocio, como sucede con la administración autónoma de recursos naturales.
Generalmente, los procesos de centralización se asocian a regímenes autoritarios e ideologías políticas de derecha, mientras que la descentralización, a gobiernos democráticos e ideologías de izquierda. Lorena Moscovich, investigadora afiliada de la Universidad de San Andrés, y Santiago Lacroix Eussler, graduado de la Licenciatura en Ciencia Política y Gobierno, matizaron dichas hipótesis para el caso argentino en el marco de Why Centralization and Decentralization in Federations?, un proyecto de investigación que analiza el grado de centralización y descentralización de distintas federaciones a nivel global. Los investigadores de UdeSA observaron el grado de autonomía provincial en siete áreas fiscales y político-institucionales y el nivel de centralización de 22 áreas de política pública, en sus dimensiones administrativa y legislativa, a lo largo de 1862 y 2020. La variedad al interior de cada área les permitió distinguir diferentes equilibrios en el reparto de competencias entre el gobierno central y los subnacionales.
Los resultados del estudio mostraron que la fortaleza de los presidentes es condición para iniciar procesos de centralización o descentralización y hacerlo en una u otra dirección es resultado de diferentes coyunturas económicas. En un artículo recientemente publicado en Regional and Federal Studies, Moscovich y Lacroix Eussler demuestran que en contextos de crecimiento, los presidentes argentinos buscaron centralizar recursos y controlar más áreas de política. Por el contrario, en períodos de crisis buscaron ajustar gastos descentralizando tareas hacia las provincias, aunque sin asignarles fondos. El análisis de políticas públicas evidencia que la tendencia hacia la centralización fue la norma en Argentina. Además, con el tiempo, las provincias también perdieron una parte importante de su autonomía fiscal. Sin embargo, los gobiernos subnacionales ganaron más autonomía política a lo largo de los años, ya que cada vez hubo menos intervenciones federales y mayor capacidad para organizar elecciones provinciales.
Moscovich sostiene que “si bien la política subnacional tiene un impacto significativo y los gobernadores en Argentina son muy fuertes, el presidencialismo sigue siendo clave en estas negociaciones. Igualmente, estos equilibrios son cambiantes y están lejos de ser incuestionables”. También destaca la relevancia de este tipo de estudios, ya que la materialización de las estrategias de centralización y descentralización afecta a los objetivos del desarrollo sostenible de un país, que no dependen únicamente de lo que decide el gobierno central, sino también de lo que sucede a nivel local.