Las licencias por maternidad deben ser complementadas para no afectar las carreras de las mujeres
Las políticas públicas de distintos países buscan intervenir en las relaciones laborales para garantizar una mayor equidad de género. Ejemplos de ello son los esfuerzos por acortar la brecha salarial entre mujeres y varones, el fomento de la participación femenina en la fuerza laboral, o la adecuación de licencias por maternidad y paternidad. Al respecto, Pamela Suzanne, profesora de la Escuela de Negocios de San Andrés, publicó un artículo en el Human Resource Management Journal junto a su grupo de investigación 5c.careers, que se dedica al estudio del desarrollo de carreras profesionales desde una óptica global. La investigación se interesó por las implicancias contraintuitivas de las políticas públicas originadas para facilitar el trabajo de las mujeres en empresas.
El estudio examinó la relación entre el género de los trabajadores y las políticas públicas de maternidad y paternidad, y su impacto sobre el acceso de mujeres y varones a oportunidades de desarrollo profesional en empresas. Los investigadores encuestaron a 13.588 empleados de empresas de 19 países. Se les preguntó por el nivel de acceso y participación a prácticas de desarrollo brindadas en sus espacios de trabajo. Los hallazgos indicaron que, en promedio, las mujeres acceden a estas oportunidades menos que los varones. Estos datos fueron cruzados con la disponibilidad de licencias y servicios de cuidado infantil en cada país.
La investigación encontró que las leyes laborales muchas veces producen el efecto contrario a lo que pretenden generar. Como ejemplo, las políticas públicas por maternidad y paternidad impactan no solo las decisiones de madres y padres sobre su actividad laboral sino también las de otros actores que tienen injerencia sobre su carrera laboral, como líderes y áreas de Recursos Humanos de empresas. Al establecer expectativas sobre la disponibilidad de sus empleados para trabajar y, en consecuencia, de la voluntad de invertir en su desarrollo profesional, las licencias terminan reforzando estereotipos sobre las mujeres como las responsables del cuidado de sus hijos y se espera que ellas, antes que los varones, reduzcan su participación en el mercado laboral. Otro estudio realizado por María Edo, Directora Académica del Centro de Estudios para el Desarrollo Humano de San Andrés, reveló resultados semejantes.
En palabras de la profesora e investigadora de UdeSA, “no es que las políticas públicas sobre licencia estén mal, ni tampoco significa que no deberíamos tener disponibilidad de cuidado de niños. Las implicancias prácticas tienen que ver con cómo complementar estas políticas para que no tengan efectos indeseados”. La autora propone, por un lado, concientizar a los agentes que toman decisiones en las empresas para que garanticen igualdad de oportunidades de desarrollo a mujeres y varones. Por el otro, adecuar las licencias por paternidad, a modo de reducir los estereotipos respecto a quién es responsable del cuidado de los niños pequeños y facilitar el regreso de las madres a sus actividades laborales.
Suzanne sostiene que “la forma de que las mujeres realmente se desarrollen en las organizaciones y tengan puestos de liderazgo va de la mano de que los hombres se involucren más en cuestiones domésticas y de cuidado. Entonces, necesitás políticas públicas que no solo faciliten a la mujer su rol de madre, sino incentivar al padre a ocupar su rol de padre. Eso va a hacer que a la mujer le pueda ir mejor en su carrera, tanto por la mayor disponibilidad de tiempo, como por los estereotipos en torno a ella”.