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El déficit de sueño, tanto en cuanto a cantidad como a calidad, tiene gran relevancia para la salud pública en términos de mortalidad, morbilidad, accidentología, percepción de la propia salud y calidad de vida, así como en la salud ocupacional y bienestar general. Se calcula que alrededor de un tercio de los estadounidenses no obtienen suficientes horas de sueño y se estima que en América Latina una gran parte de la población sufre de una deficiencia crónica de horas de sueño.

Uno de los desafíos actuales de la ciencia del sueño es el desarrollo de herramientas prácticas, escalables y de bajo costo para el monitoreo de los hábitos de sueño tanto en la escala individual como en la poblacional. Una alternativa reciente es el uso de datos de aplicaciones móviles y redes sociales para el estudio de los mismos.

Estas fuentes de información permiten a los investigadores acceder con facilidad a una gran cantidad de datos obtenidos en condiciones naturales, y trabajos recientes indican que, debido a su masividad, los datos obtenidos a través de estas vías permiten el estudio de fenómenos del sueño a gran escala con aceptable confiabilidad.

En el presente proyecto se propone evaluar y validar la utilidad de modelos basados en big data que permitan el monitoreo de los patrones de sueño de poblaciones en Argentina a partir de diversas fuentes de datos masivos disponibles.

El ciclo sueño-vigilia representa la variación diaria más prominente y remarcable de la fisiología y el comportamiento humanos. Los seres humanos somos típicamente diurnos y poseemos una baja capacidad visual en condiciones de baja iluminación, y en consecuencia consolidamos mayoritariamente nuestro sueño en un único episodio nocturno.

Una excepción al rígido patrón diurno de los seres humanos en condiciones de luz natural son las noches iluminadas por la luna. En la noche, su luz es tan brillante para el ojo humano que es improbable que, en ausencia de otras fuentes de luz, la luna no pueda tener un efecto sobre la dinámica del sueño y la vigilia. Sin embargo, esta potencial modulación del comportamiento ha sido objeto de controversia hasta hace poco tiempo, incluso cuando algunos grupos reportaron efectos sobre el sueño en condiciones controladas de laboratorio.

Sin embargo, en un trabajo publicado en 2021, mostramos que la temporización del sueño nocturno sufre cambios a lo largo del ciclo lunar en tres comunidades Toba/Qom en la provincia de Formosa y que, sorprendentemente, esta modulación se replica con idénticas características en una ciudad híper industrializada (Seattle, EEUU).  
Este proyecto apunta a determinar los mecanismos subyacentes de este fenómeno. 

El patrón de sueño es el resultado principalmente de la combinación de dos procesos fisiológicos: por un lado, el sistema circadiano que determina los momentos del día óptimos para el descanso y la actividad, y por el otro, la acumulación de la “presión homeostática” para el sueño. 
El objetivo general de este proyecto es evaluar cuál(es) de estos dos mecanismos fundamentales del sueño se ven afectados a lo largo del ciclo lunar, enfocándonos primero en la posibilidad de que los cambios estén mediados por una modulación del reloj circadiano.

Sin un sueño adecuado, la mayoría de los aspectos de la vida cotidiana se ven gravemente afectados. La privación del sueño resulta en una serie de efectos motores, sensoriales, emocionales y cognitivos que parecen ser incrementales con la reducción de las horas de sueño nocturno. La falta de sueño conduce a un declive general en el estado de ánimo seguido de un aumento en la irritabilidad y la volatilidad emocional.

La autorregulación y el monitoreo también son significativamente afectados, lo que conduce a la desinhibición emocional y aumento de las respuestas a estímulos negativos, así como reducciones en la confianza, empatía y humor. Estos efectos cognitivos de la privación del sueño nos llevan a hipotetizar que este fenómeno también tendría un impacto en nuestras opiniones sobre cuestiones políticas y morales.  
La polarización se define como un proceso en el cual las posiciones individuales y/o de grupo tienden a volverse más extremas e irreconciliables entre sí. La polarización puede estar impulsada por tópicos, relacionada con divisiones ideológicas (por ejemplo, diferencias en valores políticos y actitudes) o puede ser afectiva, cuando genera desconfianza y antipatía hacia el grupo externo (Druckman y Levendusky, 2019). 
Dado que, como se mencionó anteriormente, el sueño (y la falta de él) afecta los procesos de toma de decisiones, las respuestas emocionales y el comportamiento social, nuestro objetivo es determinar si la privación parcial del sueño afecta la polarización impulsada por problemas y/o afectiva.

Los adolescentes presentan diversas dificultades para lograr conciliar el sueño en horarios tempranos, lo cual puede conducir a la privación del descanso que es necesario para rendir adecuadamente durante la jornada escolar. Recientemente, se ha considerado como una de las posibles razones de dicha dificultad a un fenómeno denominado “procrastinación del dormir” (o bedtime procastination). 
Este se define como el retraso innecesario y voluntario de la hora de acostarse, la ausencia de una razón válida para explicar este retraso (ej. condición clínica) junto al conocimiento de que esta acción tendrá consecuencias negativas (ej. somnolencia diurna; Kroese et al., 2014). Es decir, las personas retrasarían voluntariamente el momento de acostarse y, por esta razón, dormirían menos de lo recomendado. 

Las investigaciones iniciales sobre la temática han observado que la procrastinación del dormir se asocia positivamente con la insuficiencia de sueño y la fatiga diurna percibida, y negativamente con las horas de sueño. Los factores causales de dicha procrastinación aún no son claros. Al ser un concepto relativamente nuevo, la literatura científica sobre este tema es limitada.

En la actualidad existen al menos dos hipótesis alternativas: una psicológica y una cronobiológica. En la primera la procrastinación del dormir se explicaría por una falla en la autorregulación; mientras que la otra plantea que se explicaría mejor por los cronotipos. También se menciona la posibilidad de una interacción entre estas dos potenciales causas (el cronotipo y el autocontrol). 

El presente estudio tiene como objetivo evaluar la prevalencia de la procrastinación del dormir y su relación con el sueño en población adolescente, sin condiciones clínicas ni restricciones ambientales y/o sociales. A su vez, buscará explorar la relación existente entre el fenómeno en cuestión y la procrastinación general, el autocontrol y los cronotipos.

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<li>Lamberti, M. L., Spangler, R. K., Cerdeira, V., Ares, M., Rivollet, L., Ashley, G. E., Coronado, A. R., Tripathi, S., Spiousas, I., ... &amp; Golombek, D. A. (2024). Clock gene homologs lin-42 and kin-20 regulate circadian rhythms in C. elegans. Scientific Reports, 14(1), 12936.</li>
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<li>Bussi, I. L., Ben-Hamo, M., Salazar Leon, L. E., Casiraghi, L. P., Zhang, V. Y., Neitz, A. F., ... &amp; de la Iglesia, H. O. (2024). The circadian molecular clock in the suprachiasmatic nucleus is necessary but not sufficient for fear entrainment. Proceedings of the National Academy of Sciences, 121(13), e2316841121.</li>
<li>Fedele, M. M., Casiraghi, L., Plano, S. A., Bellone, G., Golombek, D. A., &amp; Vigo, D. E. (2024). Bridging the gap: examining circadian biology and fatigue alongside work schedules</li>
<li>Golombek, D. A., Eyre, H., Spiousas, I., Casiraghi, L. P., Hartikainen, K. M., Partonen, T., Pyykkö, M., Rynolds III, ... &amp; Ibañez, A. (2024). Sleep capital. Linking brain health to wellbeing and economic productivity across the lifespan. The American Journal of Geriatric Psychiatry.</li>
<li>Bussi, I. L., Neitz, A. F., Sanchez, R. E., Casiraghi, L. P., Moldavan, M., Kunda, D., ... &amp; de la Iglesia, H. O. (2023). Expression of the vesicular GABA transporter within neuromedin S+ neurons sustains behavioral circadian rhythms. Proceedings of the National Academy of Sciences, 120(49), e2314857120.</li>
<li>Louzada, F. M., Cesar-Silva, A. H., Moreno, C. R., Azevedo, C. V., Casiraghi, L. P., &amp; de la Iglesia, H. O. (2023). Late evening electric light exposure is associated with low sleep regularity in adolescents living in rural areas. Sleep Health.</li>
<li>Gallo, F. T., Spiousas, I., Herrero, N. L., Godoy, D., Tommasel, A., Gasca-Rolin, M., ... &amp; Forcato, C. (2023). Structural differences between non-lucid dreams, lucid dreams and out-of-body experience reports assessed by graph analysis. Scientific Reports, 13(1), 19579.</li>
<li>Gallego Hiroyasu, E. M., Laje, R., Nomura, K., Spiousas, I., Hayashi, M. J., &amp; Yotsumoto, Y. (2023). Longitudinal analysis of social isolation effects on finger tapping in the Blursday database. Scientific Reports, 13(1), 11277.</li>
<li>Chaumon, M., Rioux, P. A., Herbst, S. K., Spiousas, I., Kübel, S. L., Gallego Hiroyasu, E. M., ... &amp; van Wassenhove, V. (2022). The Blursday database as a resource to study subjective temporalities during COVID-19. Nature Human Behaviour, 6(11), 1587-1599.</li>
<li>Agostino, P. V., &amp; Golombek, D. A. (2022). Into the Wild: Biological Timing in Natural Environments. Timing &amp; Time Perception, 1(aop), 1-9.</li>
<li>Casiraghi, L., Spiousas, I., Dunster, G. P., McGlothlen, K., Fernández-Duque, E., Valeggia, C., &amp; de la Iglesia, H. O. (2021). Moonstruck sleep: Synchronization of human sleep with the moon cycle under field conditions. Science Advances, 7(5), eabe0465.</li>
<li>Helfrich-Förster, C., Monecke, S., Spiousas, I., Hovestadt, T., Mitesser, O., &amp; Wehr, T. A. (2021). Women temporarily synchronize their menstrual cycles with the luminance and gravimetric cycles of the Moon. Science Advances, 7(5), eabe1358.</li>
<li>Casiraghi, L. P., Plano, S. A., Fernández‐Duque, E., Valeggia, C., Golombek, D. A., &amp; de la Iglesia, H. O. (2020). Access to electric light is associated with delays of the dim‐light melatonin onset in a traditionally hunter‐gatherer Toba/Qom community. Journal of pineal research, 69(4), e12689.</li>
<li>Casiraghi, L., &amp; de la Iglesia, H. O. (2022). Sleep Under Preindustrial Conditions: What We Can Learn from It. In Circadian Regulation: Methods and Protocols (pp. 1-14). New York, NY: Springer US.</li>
<li>​​De La Iglesia, H. O., Fernández-Duque, E., Golombek, D. A., Lanza, N., Duffy, J. F., Czeisler, C. A., &amp; Valeggia, C. R. (2015). Access to electric light is associated with shorter sleep duration in a traditionally hunter-gatherer community. Journal of biological rhythms, 30(4), 342-350.</li>
<li>Golombek, D. A., Casiraghi, L. P., Agostino, P. V., Paladino, N., Duhart, J. M., Plano, S. A., &amp; Chiesa, J. J. (2013). The times they’re a-changing: effects of circadian desynchronization on physiology and disease. Journal of physiology-Paris, 107(4), 310-322.</li>
<li>Leone, M. J., Sigman, M., &amp; Golombek, D. A. (2020). Effects of lockdown on human sleep and chronotype during the COVID-19 pandemic. Current Biology, 30(16), R930-R931.</li>
</ul>

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